La bulla de cornetas en varios sectores de la ciudad reflejaba ayer la algarabía que sentían hinchas de Barcelona y Emelec, horas antes de la segunda final del torneo ecuatoriano de fútbol, jugado en el estadio Capwell, en jornada vespertina.

Del interior de carros livianos y de buses del servicio urbano, ciudadanos gritaban sus proyecciones sobre el encuentro considerado inédito: ¡Hoy gana Barcelona! o ¡Mi equipo Emelec queda campeón!, eran algunas de las frases.

En las avenidas Benjamín Carrión y Rodolfo Baquerizo, en la Alborada, una decena de comerciantes ambulantes ofertaban banderas en $ 7, camisetas en $ 8, cornetas en $ 2 y demás artículos alusivos a los equipos del Astillero.

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Junto a las oficinas de este Diario estaba parqueado un auto y en el guardamaletas sus dueños habían improvisado un escaparate para expender camisetas no oficiales, tanto de Barcelona como de Emelec.

“Siempre venimos a vender (mi esposo y yo) para los partidos del campeonato o cuando juega la selección. Hoy (ayer) hemos traído dos docenas de camisetas”, manifestó María Pinto, dueña del negocio.

Ricardo Macías, de 20 años, le compró una camiseta del club eléctrico. Comentó que iría de inmediato al Capwell para presenciar el partido junto con algunos amigos.

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Flor Castañeda, hincha azul, acudió con su esposo, fanático amarillo, a la Alborada para comprar dos banderas, una de cada cuadro. Ella contó que por la final había preparado comida porque prácticamente en su casa –gane quien gane– iba a haber una fiesta. Después del encuentro, la pareja tenía previsto salir a festejar a las calles céntricas de la urbe.

A lo largo de la Rodolfo Baquerizo, el comercio movido por este encuentro deportivo fue más notorio.

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El ambiente futbolero también contagió a bares y restaurantes de la ciudadela La Garzota y de Sauces 1. En la avenida Agustín Freire, el local Flor de la Canela Limeña tenía preparadas sus instalaciones para recibir a los fanáticos del fútbol. Jorge Antón, uno de los empleados, dijo que siempre se llena el establecimiento en ese tipo de eventos.

En el camino hacia el centro de la ciudad, carros y buses avanzaban exhibiendo adornos azules y amarillos. Un micro llevaba puesta una bandera del equipo torero en la parte delantera de la unidad.

A las 16:00, a media hora del partido, amigos se alistaban para ver en grupo el clásico del Astillero. Formaron pequeñas barras amarillas y azules y se animaron a cantar al son de tambores y cornetas. (I)

La casa está dividida sobre quién queda campeón, pero obvio que Emelec gana. Vamos a celebrar con comida y un recorrido por la ciudad”.Flor Castañeda Hincha de Emelec