Mientras los medios estatales de Cuba dedicaron ayer gran parte de sus espacios a ensalzar el regreso de los tres exagentes que eran parte de los llamados ‘Cinco’, muchos cubanos echaron sus sueños a volar con el anuncio de la reconciliación tras más de medio siglo de distanciamiento entre Washington y La Habana.

‘¡Volvieron!’, tituló ayer a toda página en su portada el diario oficial Granma en Cuba, que publicó fotos de la llegada de Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero a la isla, liberados por EE.UU. el pasado miércoles tras un histórico acuerdo entre el presidente Barack Obama y su par cubano, Raúl Castro.

Los tres exagentes de inteligencia y los otros dos de los llamados ‘Cinco’, que ya estaban en Cuba (René González y Fernando González), fueron recibidos el miércoles por Castro junto con sus familiares.

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‘De cuando le creció el corazón a la patria’, publicó también Granma, que aludió a palabras del histórico líder cubano Fidel Castro cuando se refería a los ‘Cinco’ (“¡Volverán!”).

La causa de los cinco espías detenidos en 1998 como parte de una red de espionaje cubano en Miami y condenados a largas penas de cárcel era hasta ahora una de las más importantes para el oficialismo de Cuba.

Mientras, medios estadounidenses identificaron ayer como Rolando Sarraff Trujillo al espía que trabajó para la CIA y que fue liberado por Cuba a cambio de los tres exagentes.

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Los cubanos, que vitorearon el sorpresivo anuncio de que su país va a reanudar relaciones con Estados Unidos, ahora sueñan con la esperanza de ver pronto un aumento del comercio y una nueva vitalidad económica, a pesar de que el embargo económico impuesto hace 53 años sigue vigente.

“Esto abre un futuro mejor para nosotros”, dijo Milagros Díaz, de 34 años. “Realmente necesitábamos algo así, porque la situación ha sido mala y la gente está muy desanimada”.

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“Una buena relación con Estados Unidos nos traerá prosperidad. Con el dinero que tienen esos yumas (estadounidenses) el bloqueo se viene abajo en tres días”, pronosticó Yordanis Herrera, un bicitaxista que labora en La Habana Vieja.

El anuncio ocurre en un año aciago: la economía cubana tocó fondo este año, con un crecimiento del PIB de apenas 1,3 %, el más bajo desde que Castro inició sus reformas en el 2008. El electricista Armando Rodríguez, de 49 años, fue más lejos: “Sueño con la llegada de miles de turistas y con empresas norteamericanas colmando la zona franca (del nuevo megapuerto) de Mariel”, 45 km al oeste de La Habana. (I)

Ahora le toca a Cuba hacer los cambios que los líderes de la región se han comprometido a realizar: defensa de la democracia y de los derechos humanos”.Frank Mora, director del Instituto de Latinoamérica y el Caribe