El pasado martes, luego de reclamos por parte de moradores de sectores de Salinas y de la parroquia Anconcito respecto a que el agua les llega con “olor y sabor a monte y madera”, personeros de la empresa pública Aguapen indicaron que toman acciones para evitar esta anomalía.

Hasta la tarde del martes, al menos cinco camionetas retiraron macroalgas, que en parte causan esta situación. Estas llegan por el cauce que pasa el agua del canal El Azúcar a San Rafael.

Para contrarrestar aquel olor y sabor, la empresa utiliza carbón activado y el componente policloruro de aluminio en el agua cruda, sin tratar, de la planta potabilizadora, que produce 800 litros por segundo.

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Según el área de Control de Calidad de Aguapen, las algas microscópicas son las que más inciden para que se presente aquel olor y sabor en el agua.

Además, según Aguapen, en Atahualpa hay un sistema de ultrasonido para eliminar bacterias, que se aplica en la estación de bombeo de agua cruda en San Rafael.

Mónica Ramírez, bióloga del departamento químico de la empresa Aguapen, expresó que en el caso de las microalgas se ha identificado al menos catorce tipos que llegan en el agua cruda. Una de estas, la anabaena, sería la que causaría “un sabor a pelusa de choclo”. (I)