(Actualizado a las 17:15)

La XXIV Cumbre Iberoamericana de Veracruz (este de México) clausuró este martes sus dos jornadas de trabajo, en las que se propuso relanzar este decaído foro, que volvió a sufrir ausencias clave como las de los mandatarios de Argentina, Brasil, Venezuela y Cuba.

Antes del mensaje a medios con los resultados de la cita, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, pasó el relevo a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, para la organización de la siguiente cumbre dentro de dos años.

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España restó importancia a las notables bajas y consideró ya como "una buena señal" que la cumbre que impulsa desde 1991 siga celebrándose a pesar de las diferencias de sus miembros y de debilitarse frente a nuevos foros regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, declaró que estas cumbres no van a ser "pentecostés, que se aparezca el Espíritu Santo y que las diferencias desaparezcan, yo me haga bolivariano o (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro se haga demócrata-cristiano".

México y España habían puesto mucho empeño en que Raúl Castro asistiera por primera vez a una Cumbre Iberoamericana desde que asumió la presidencia interina de la isla en 2006, pero finalmente decidió enviar a su vicepresidente Miguel Díaz-Canel.

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España trató de reactivar este foro aprovechando la presencia del nuevo rey Felipe VI y de Rebeca Grynspan, la nueva secretaria general iberoamericana.

Antes del cierre, los mandatarios se encontraron en la mañana para un retiro a puerta cerrada y discutieron en un panel sobre innovación, uno de los tres grandes temas del cónclave junto a cultura y educación.

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La cumbre de Veracruz tiene proyectado aprobar un programa de movilidad universitaria que se estima beneficiaría a unos 200.000 estudiantes hacia 2020.

Sin embargo, en la cita planea la sombra de la desaceleración económica de América Latina, que este año crecerá a un promedio de 1,1 %, según proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Esta tasa, muy alejada de las que producían envidia en otros continentes durante la crisis económica mundial, debe motivar a los países latinoamericanos a emprender urgentes reformas estructurales, dijo Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), durante la presentación de un informe económico regional.

"El coletazo, lo que nos está diciendo, es que todos hicieron los deberes y, como nosotros estábamos más contentos con los altos precios de las materias primas, no hicimos suficientes deberes", dijo Gurría.

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A Veracruz arribaron mandatarios de 16 de los 22 países del mecanismo, cinco más que en la pasada cumbre de Panamá en 2013. Pero esta mayor convocatoria no ha podido eclipsar las ausencias de los jefes de Estado de países clave como Brasil y Argentina, ya previstas, y las de última hora de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

Tampoco el presidente peruano, Ollanta Humala, participó en la jornada del martes porque viajó a Lima para la cumbre sobre el clima.

Las ausencias han respondido a razones diversas, pero suman una dificultad al relanzamiento de un foro que ha venido perdiendo interés desde que nació en Guadalajara en 1991 para impulsar la cooperación de España y Portugal con sus antiguas colonias. A partir de esta cita de Veracruz, empezará a reunirse cada dos años. (I)