Los candidatos a la Presidencia de Uruguay cerraron el jueves una campaña apática con ánimo diverso: con todos los pronósticos a su favor, el expresidente de izquierda Tabaré Vázquez ya pensaba en su futuro gabinete, mientras que el centroderechista Luis Lacalle Pou agotaba sus últimos cartuchos.

A tres días de la segunda vuelta electoral que definirá al sucesor de José Mujica, todas las encuestas vaticinaban un triunfo holgado del oficialista Vázquez sobre el candidato del Partido Nacional, Lacalle Pou: el primero obtendría entre 52 % y 55 % y el segundo, del 37 % al 40 % de los votos.

Esta sería una victoria anticipada tras los resultados de la primera vuelta del 26 de octubre, en la que Vázquez obtuvo el 47,8 % de los sufragios, lo que le dio la mayoría en la Cámara de Diputados, y dejó a Lacalle Pou (30,9 %) encargado de liderar un bloque opositor debilitado tras el magro desempeño de su tradicional aliado, el también centroderechista Partido Colorado (12,9 %).

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La campaña electoral hacia el balotaje se desarrolló con pocas estridencias: Vázquez no brindó entrevistas y recorrió el interior del país en una gira “de agradecimiento”, en tanto que Lacalle Pou reclamaba un debate que no se dio y advertía que un nuevo periodo del gobernante Frente Amplio (FA) traerá aumento de impuestos.

El FA cerró su campaña en Montevideo, en un acto masivo que comenzó con música y fue retransmitido a los 18 departamentos del país, a través de pantallas gigantes.

En medio de un clima menos entusiasta, Lacalle Pou cerró su campaña en la ciudad de San Carlos (sureste). Esta semana respondió molesto a unos spots publicitarios del FA, burlándose de “los pitucos”, forma de referirse a la clase alta.

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15 por ciento de ventaja promedio le daría el triunfo a Tabaré Vázquez sobre Luis Lacalle Pou, según las encuestas.