Al menos 64 personas murieron y otras 126 resultaron heridas en la explosión de dos bombas ayer en la mezquita de uno de los líderes musulmanes más importantes de Nigeria, quien hace una semana llamó a luchar contra los islamistas nigerianos de Boko Haram.

Las explosiones tuvieron lugar en la Gran Mezquita de Kano, la mayor ciudad del norte musulmán del país, durante el tradicional rezo de los viernes. La mezquita está cerca del palacio del emir de Kano, Muhamad Sanusi II, segundo clérigo musulmán más importante.

El atentado, llevado a cabo por dos kamikazes y hombres armados, se produjo poco después de que una bomba explotara en otra mezquita en Maiduguri y cinco días después de un doble atentado ejecutado por mujeres.

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“Dos bombas explotaron, una detrás de otra, en el recinto y en el interior de la Gran Mezquita, poco después del inicio de la oración semanal”, declaró a la Aminu Abdulahi, un fiel.

“Una tercera bomba explotó a continuación en una calle cercana (...). Después de las explosiones, la policía disparó para disuadir de otros ataques potenciales”, añadió.

Un responsable de los equipos de rescate informó del traslado de 126 heridos a centros sanitarios de la ciudad. “El balance podría aumentar”, dijo.

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Por el momento, se desconoce el paradero del emir en el momento del ataque. Muhamad Sanusi II instó la semana pasada a sus fieles a tomar las armas contra Boko Harma, poniendo en duda la capacidad del ejército para defender a los civiles frente a los insurgentes.

El emir de Kano es una personalidad influyente en Nigeria, hogar de más de 80 millones de musulmanes, en su mayoría en el norte del país. Oficialmente se sitúa justo después del sultán de Sokoto, considerado como el jefe de los musulmanes nigerianos.

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Boko Haram reprocha a los dignatarios musulmanes nigerianos el haber traicionado la religión al someterse a la autoridad del gobierno.

El atentado de Kano se produce en un momento en el que las milicias locales consiguieron desbaratar un nuevo ataque en Maiduguri, la capital del Estado de Borno y antiguo bastión de la insurrección islamista.

45 muertos dejó a inicio de semana un doble atentado suicida en la ciudad de Maiduguri. Hubo cinco meses de tranquilidad.