El primer ministro británico David Cameron anunció este viernes una serie de medidas contra la inmigración de la Unión Europea (UE) y admitió que requerirán cambios en los tratados europeos que podrían enfrentarle a sus socios.

"Sin duda, aplicar este paquete de medidas en su conjunto necesitará cambios en los tratados", dijo Cameron tras anunciar que los europeos que no hayan encontrado trabajo en seis meses tendrán que irse y que para tener derecho a ayudas sociales tendrán que haber trabajado al menos cuatro años.

El primer ministro dijo que no descartaba "nada" si sus socios no atienden sus demandas, amenazando veladamente con tratar de sacar al Reino Unido de la UE.

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Cameron presentó estas medidas en un discurso al día siguiente de que quedase definitivamente claro que no podrá cumplir su promesa electoral de controlar la inmigración en su primer mandato, que concluye en mayo, algo que ha contribuido al ascenso del partido antinmigración UKIP.

España es uno de los países que más ha contribuido a este ascenso de la inmigración al Reino Unido, el país europeo que más ha crecido económicamente en los últimos meses.

Unos 45.600 españoles se instalaron en el Reino Unido en el año que concluyó en septiembre de 2014, un 9% menos que en el año anterior.

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En 2013, España fue el segundo país en inmigrantes llegados al Reino Unido, sólo por detrás de China y por delante de India, Australia y Polonia.

En total, la inmigración neta anual -inmigrantes menos británicos que se van- aumentó en 260.000 personas en los 12 meses que acabaron en junio de 2014.

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Cameron había prometido reducirla a unas pocas decenas de miles.