Queso mozzarella, salami, jamón, aceitunas y pimiento son algunos de los ingredientes que le dan sabor al producto que se prepara en la pizzería Donatelo. Sin embargo, al llegar hasta este local, ubicado en las calles Portete y la 26, la forma cuadrada de este plato es el agregado especial que más llama la atención de los clientes.

Esta es una de las cuatro pizzerías que funcionan a lo largo de la calle Portete y que se han multiplicado en los últimos cuatro años entre farmacias, supermercados y restaurantes de comida típica que funcionan en esta arteria principal del suroeste.

Danny Arteaga y su madre Mercy Suscal atienden en Donatelo, local inaugurado hace cinco meses, y venden de 10 a 15 pizzas a diario. Dependiendo del tamaño e ingredientes la pizza cuesta entre $ 2,50 (personal) y $ 15 (familiar). Ellos tienen la promoción de dos pizzas familiares a $ 20.

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“Nosotros tenemos las pizzas precocinadas y aquí la armamos. Nuestra masa la hace un italiano. La diferencia está en la masa, mas no en la forma”, explica Suscal, quien administra este negocio.

En Portete y la 15 se encuentra Pizza Willy, que se inició en la ciudadela Guangala (sur), hace diez años, dirigida por el colombiano Wilson Becerra; hace tres se ubicó en esta avenida. La administradora del local, Verónica Fajardo, cuenta que de a poco se incorporaron otras sucursales en sectores populares, como la 29 y la Q, la Martha de Roldós y las calles Portete y la 34.

“Nosotros aquí tenemos tres años y se decidió ponerlo por el movimiento de personas que hay acá, por los otros locales”, explica Fajardo.

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En este establecimiento una porción de pizza cuesta $ 1,50 y dependiendo del tamaño se consigue hasta en $ 12.

Dedicarse a la venta exclusiva de este bocado no es muy rentable para Ángela Iglesias y su esposo Carlos Acosta, por eso complementan con la venta de batidos y sándwiches en su soda bar D’Mayito que abrieron hace dos años, en Portete y Guerrero Valenzuela.

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“Salí de una empresa y por la edad ya no podía conseguir trabajo, pese a que solo tengo 43 años. Una amiga me enseñó a preparar pizza y nos dijo todo lo que necesitábamos”, cuenta Iglesias.

En su local solo venden pizzas personales a $ 1,50.