La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, negó este jueves que la desaceleración económica que vive el país sea fruto de su profundo programa de reformas tributarias, políticas y educativas, y pidió al sector empresarial su colaboración para implementarlas.

"La desaceleración que vivimos no es primariamente un problema de incertidumbre producto de las reformas que hemos promovido", dijo Bachelet en un encuentro con empresarios, a quienes aseguró que los inversionistas extranjeros no desconfían de la economía chilena ni de su institucionalidad.

Sin embargo, la mandataria reconoció que "toda reforma provoca algún grado de inquietud" y aseguró que se debe "trabajar para mantener en alto las confianzas mutuas".

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Bachelet regresó a la presidencia de Chile con un amplio programa de reformas que incluye una reformulación del sistema educativo, profundamente privatizado y segregador, además de una reforma tributaria para financiar mayor gasto social, y varias reformas políticas al sistema electoral y la Constitución.

En tanto, la economía chilena vive un proceso de desaceleración más profundo de los esperado por una baja en el precio del cobre y una menor inversión y demanda, que ha obligado a revisar a la baja los pronósticos de crecimiento a un rango de 1,75 a 2,25% en 2014.

"Sé que algunos pensarán que, debido a la desaceleración económica que nos afecta, este no es un buen momento (para reformas) y que debemos esperar a que mejoren las condiciones. Y creo que no es un diagnóstico correcto", dijo Bachelet.

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"La actual desaceleración, más allá de sus cruciales factores externos, es también el efecto de que en el último tiempo no hayamos proyectado a largo plazo nuestras capacidades de producción y de crecimiento", agregó la mandataria.

El empresariado ve con desconfianza el programa de cambios del actual gobierno de centroizquierda de Bachelet, y pide gradualidad y amplios acuerdos con todos los sectores en su aprobación.

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El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, aseguró por su parte que "no estamos contra los cambios, pero cambios que perfeccionan, no que solo le dan el gusto a los que más gritan".

Bachelet les pidió cuidar "el clima político" y ejercer un "rol constructivo y colaborativo" en la discusión de las reformas.