En el lindero de cerro Azul y bosque protector La Prosperina, junto a la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), el verdor de un árbol de bototillo contrastaba con el tono negro de las cenizas que quedaron del incendio que se registró al mediodía del pasado martes y cuyo origen aún no se conoce.

Alrededor de las 10:00 de ayer decenas de pericos, negros tilingos y palomas tierreras buscaban refugiarse en las ramas de ese árbol, uno de los pocos al que las llamas no afectaron.

De la Espol hacia el oeste la vegetación se consumió en gran parte, los imponentes árboles de ceibo dejaron de serlo, muchos cayeron y otros quedaron chamuscados.

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El biólogo Xavier Cornejo consideró que regenerar las 20 hectáreas devastadas en Cerro Azul tomará más de 20 años.

“Si es que realmente se puede (...) hay que considerar que muchas de las especies que hay en Cerro Azul no están en cultivo ni hay viveros en el país en donde se las pueda encontrar”, comentó el especialista.

En el cerro, que el martes soportó el segundo incendio en lo que va del mes, habitan al menos 120 especies de aves, según estudios de la Espol.

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De esa cantidad, el 40% está en peligro de extinción y se ubica en la denominada Lista Roja de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites).

También se han identificado seis tipos de mamíferos, de los cuales cinco están en alguna categoría de conservación, al igual que dos especies de reptiles y cinco de anfibios, indicó Mireya Pozo, docente de la Facultad de Ingeniería Marítima Ciencias Biológicas Oceánicas y Recursos Naturales.

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Y muchos de estos animales tenían su hábitat en la zona afectada por el incendio forestal en el que intervinieron 120 bomberos, 30 motobombas y un helicóptero de la FAE.

Hasta el mediodía de ayer, desde la vía Perimetral se observaba salida de humo del cerro y desde la mañana unidades del Cuerpo de Bomberos regaron agua para enfriar la zona y evitar que las llamas resurjan.

Uno de los equipos lo conformaron Jacinto Mercado y Hólger Pilay, quienes se situaron en el límite de Cerro Azul y el bosque protector La Prosperina.

Desde allí lanzaban agua y esperaban a que las nubes de humo desaparecieran.

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Según Cornejo, entre las especies que podrían haber sido afectadas por las llamas están aves emblemáticas como el papagayo de Guayaquil, la lora de cabeza roja y venados.

El pasado 8 de noviembre, cuando se suscitó el primer flagelo en cerro Azul, se consumieron 10 hectáreas de terreno y se puso en riesgo a unas 160 antenas de comunicación.

Detalles
Cerro

Bosque
Cerro Azul hasta los 300 metros sobre el nivel del mar tiene una vegetación de bosque seco tropical y en su parte más alta, a 350 metros, la vegetación es de bosque húmedo.

Contiene numerosas especies endémicas de la región del bosque seco del Pacífico Ecuatorial, algunas de ellas en peligro de extinción.

Control del incendio
El incendio que empezó al mediodía del martes fue controlado cerca de las 21:00 del mismo día, según la evaluación del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.