La tensión era palpable este miércoles en Estados Unidos, tras una segunda noche de cólera por la liberación del policía blanco que mató a un joven afroamericano desarmado en Ferguson, en un hecho que reavivó los viejos demonios del país: racismo e impunidad.

Decenas de miles de personas se manifestaron en 170 ciudades de Estados Unidos el martes por la noche, para reclamar justicia tras la decisión de un gran jurado de no imputar al policía blanco Darren Wilson, que mató al joven afroamericano Michael Brown, en un polémico caso el 9 de agosto en Ferguson (Misuri).

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La protestas fueron en su mayoría pacíficas, aunque en algunos estados culminaron con detenciones. En Los Ángeles, 180 personas fueron arrestadas por la policía por haber bloqueado una autopista, y una decena fue arrestada en Nueva York.

Es raro que las protestas por una causa alcancen a tantas ciudades juntas en Estados Unidos. Este caso demuestra la profundidad del trauma provocado por la muerte de Brown y entre los ciudadanos alimenta el sentimiento de que nada cambiará.

Al caso de Brown se suma la indignación por la muerte de un niño negro de 12 años, abatido el fin de semana por un policía cuando manipulaba un arma de juguete en Cleveland (Ohio, norte), donde también se realizaron marchas para pedir justicia

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Wilson, el policía que abatió a tiros a Brown, dice que "nunca quiso matar a nadie" y lamenta la muerte del joven.

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Wilson sostuvo en una entrevista el miércoles en el programa Good Morning America, de la cadena de televisión ABC, que hizo lo que le enseñaron en su capacitación cuando le disparó al joven desarmado. Durante la confrontación, dijo, "la única emoción que sentí fue temor, y entonces entraron a jugar el sentido de supervivencia y la capacitación".

Wilson dice que le disparó a Brown cuando lo tenía de frente y no por la espalda, y agrega que el joven mostraba un nivel de agresión y rabia que era "casi incomprensible".

Wilson dice que comprende la indignación de los padres de Brown porque están de luto por su hijo. "Lamento que su hijo perdió la vida".

Incongruencias en documentos judiciales
Algunos testigos dijeron que Brown recibió disparos en la espalda. Otro declaró que estaba bocabajo cuando el oficial Wilson terminó de matarlo. Otros más reconocen haber cambiado sus historias para que concordaran con detalles publicados sobre la autopsia, o admitieron no haber visto el tiroteo.

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Una revisión que hizo AP a miles de páginas de los documentos que estudió el jurado investigador reveló numerosos ejemplos de declaraciones hechas durante la investigación del tiroteo que eran incongruentes, inventadas o posiblemente equivocadas. Los fiscales expusieron estas inconsistencias ante los jurados, lo que posiblemente influyó en su decisión de no levantar cargos penales a Wilson por la muerte de Brown.

Bob McCulloch, fiscal del condado de Saint Louis, dijo que el jurado investigador tuvo que escuchar testimonios que entraban en conflicto con la evidencia física y declaraciones contradictorias de testigos mientras decidían si el oficial debía ser procesado.