Un general del Ejército de Colombia, sus dos acompañantes y otros dos soldados capturados por la guerrilla de las FARC serán liberados la próxima semana, anunció ayer el presidente Juan Manuel Santos, un acto que permitirá la continuidad de la negociación de paz en La Habana que busca poner fin a un conflicto de medio siglo.

Santos dijo que ya tiene en su poder las coordenadas de los sitios en donde se producirán las entregas de los rehenes.

La captura del general Rubén Darío Alzate hace una semana junto con una abogada y un suboficial en un caserío cercano a la ciudad selvática de Quibdó, motivó al mandatario a suspender las negociaciones de paz.

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El jefe de Estado condicionó la continuación del diálogo a la liberación del oficial, así como de los soldados Paulo César Rivera y Jonathan Andrés Díaz, secuestrados el 9 de este mes durante combates con el Ejército en el departamento de Arauca, una zona petrolera y ganadera del noreste del país, fronteriza con Venezuela.

Tras una intensa gestión diplomática de Cuba y Noruega, países que fungen de garantes del proceso de paz, las FARC accedieron a la liberación.

Se prevé que delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reciban a los secuestrados en Chocó y Arauca, en procedimientos similares a los efectuados en los últimos años para la entrega de rehenes por parte de esta guerrilla.

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“Simplemente esperamos que estén dadas las condiciones de seguridad, tanto para nuestros equipos como para las personas que se van a liberar, para ingresar a la zona donde nos harán la entrega”, dijo Laura Gómez, portavoz del CICR.

El Gobierno suele ordenar la suspensión de operaciones militares en la zona para facilitar la entrega de los cautivos.

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El anuncio de Santos se produce luego de un ataque atribuido a las FARC en la isla de Gorgona, en el Pacífico colombiano, que la madrugada de ayer dejó un policía muerto y cuatro uniformados heridos.