El banco central chino bajó este viernes sus principales tipos de interés por primera vez desde junio de 2012 para hacer frente a la desaceleración de su economía, la segunda del mundo.

La tasa de los depósitos a un año será rebajada en 0,25 puntos porcentuales (hasta 2,75%) y la de préstamos a un año en 0,40 puntos porcentuales (hasta 5,6%) a partir del sábado, indicó el Banco Popular de China (PBOC, banco central).

Pekín tomó estas medidas para afrontar la desaceleración de su crecimiento y los riesgos deflacionistas que pesan sobre su economía.

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Entre julio y septiembre de 2014, el aumento del producto interior bruto (PIB) chino fue de 7,3% -su nivel más bajo desde el primer trimestre de 2009- tras un crecimiento del 7,5% en el segundo trimestre.

El anuncio del banco central chino encendió las principales bolsas europeas. En París, el índice CAC 40 subía un 2% a media jornada.

Los analistas contaban con que Pekín tomaría medidas para estimular su economía y barajaban varias pistas, pero la bajada de los tipos sorprendió a la mayoría.

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"Beneficiará, sobre todo, a las empresas de mayor tamaño, que son compañías estatales que se financian a través de los bancos", comentó Mark Williams, economista jefe de Capital Economics.

Según él, la bajada de los tipos no se traducirá necesariamente en un mayor crecimiento, ya que las empresas más pequeñas se seguirán financiando a precios muy altos en la llamada "banca en la sombra".

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"Creemos que el impacto sobre la economía real será muy limitado", confirmó a la AFP Li-Gang Liu, economista del banco australiano ANZ, instalado en Hong Kong.

Para Hu Xingdu, economista del Instituto de Tecnología de Pekín, esta bajada "muestra que las condiciones económicas de China no son muy buenas".

Aunque "la bajada de los tipos de interés podría favorecer la movilidad y estimular el crecimiento económico", prosiguió.

El enfriamiento del mercado inmobiliario, pilar del PIB chino, pesa mucho sobre la economía del país.

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Muchos analistas prevén un crecimiento del 7,3% en 2014 (frente a un 7,7% en 2013), esto es, la peor cifra desde casi un cuarto de siglo.

Algunos cuentan con que Pekín bajará su objetivo de crecimiento en torno al 7% en 2015, mientras que el FMI anticipa un 7,1%.

A principios de año, las autoridades chinas ya llevaron a cabo un "miniplan" de estímulo con reducciones fiscales y una flexibilización limitada de las reglas bancarias para estimular el crecimiento pero cuyos efectos fueron limitados.

En septiembre y octubre, según los medios chinos, el banco central inyectó grandes cantidades de liquidez en los bancos para estimular el crédito.

Las autoridades también revisaron a finales de septiembre las condiciones de los préstamos inmobiliarios para estimular las ventas, uno de los cimientos del PIB chino.

"Creemos que el crecimiento [en China] sigue enfrentándose a importantes presiones negativas que necesitan poner en marcha más medidas monetarias y fiscales", dijo el jueves Qu Hongbin, economista en HSBC, al comentar las cifras poco alentadoras de la producción manufacturera china.