El estado de Nueva York realizaba ayer “el mayor despliegue” para enfrentar la tormenta polar que en los últimos tres días ha afectado a la región de los Grandes Lagos, que deja ocho muertos y que se espera termine el fin de semana.

La última víctima se reportó en Búfalo, donde un hombre de unos 60 años sufrió un ataque al corazón mientras trataba de retirar nieve con una pala, la misma causa provocó antes cuatro muertos más.

Para gestionar las consecuencias del temporal, el estado de Nueva York ha reunido a 1.275 socorristas, 658 vehículos de maquinaria pesada, incluyendo 463 palas quitanieves, y sigue con carreteras cerradas en los condados de Erie y Genesee, la frontera con Canadá.

Publicidad

“Se han hecho progresos tremendos limpiando carreteras, con la ayuda que llegó ayer y más ayuda que está en camino”, dijo el gobernador Andrew Cuomo, que movilizó a personal en todo el estado.

Sin embargo, también advirtió que “la fase dos de la tormenta está llegando y la seguridad sigue siendo nuestro objetivo principal”.

Residentes de una zona de casas rodantes en el suburbio de West Seneca fueron evacuados ayer cuando el techo de sus casas empezaba a derrumbarse bajo el peso de 1,8 metros de nieve que podría aumentar a 2,4 metros hasta hoy.

Publicidad

La nevada ha dejado a los conductores hasta 34 horas atrapados en sus coches, unos no han salido de sus casas y otros han sufrido prolongados apagones.

Se pronostica que las temperaturas subirán rápidamente en los próximos días, con lo que la nieve se podría derretir y causar inundaciones.