Cerca de un millar de personas se manifestaron ayer en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, para exigir la participación de la sociedad civil en la transición puesta en marcha por el Ejército tras la dimisión del presidente Blaise Compaoré.

Algunos representantes de la oposición y de la sociedad civil afirman que no hay necesidad de manifestarse antes de discutir el proceso de transición con el Ejército.

Sin embargo, los organizadores de la protesta aseguran que la transición pertenece al pueblo y que no debe ser “confiscada” por el Ejército.

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La Unión Africana y EE.UU. hicieron ayer un llamado al Ejército de Burkina Faso a transferir el poder a las autoridades civiles

Militares burkineses ocuparon ayer dos lugares estratégicos de la capital, la radiotelevisión nacional, a la que entraron disparando al aire, y la plaza de la Nación, símbolo de las protestas contra Compaoré.

Simultáneamente, los soldados evacuaron a miles de manifestantes que se concentraban en la plaza y levantaron barricadas en torno a ella para impedir el acceso a quienes, convocados por la oposición, habían acudido para protestar contra la toma del poder por los militares.

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El subjefe de la guardia presidencial, Isaac Zida, fue escogido el sábado para liderar el proceso de transición.

Los manifestantes protestaron por la intención de Compaoré de reformar la Constitución para poder volver a presentarse a las elecciones. A sus 63 años, Compaoré llevaba 27 de ellos en el poder, al que accedió en 1987 mediante un golpe de Estado. En 1991 se convirtió en el presidente oficial.

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A él se lo acusaba de monopolizar el poder económico y de no ofrecer alternativas para los jóvenes, el 60% de los 17 millones de habitantes de Burkina Faso.