Un juez estadounidense dictaminó ayer que la enfermera Kaci Hickox, obligada a mantenerse en cuarentena después de tratar a pacientes con ébola en África, puede dejar su casa e ir a lugares públicos, aseverando que no es infecciosa.

El juez revirtió temporalmente la orden que impidió a la enfermera visitar salas de cine o centros comerciales y le exigía mantenerse a un metro de otras personas al salir a caminar o trotar, mientras el juez Charles LaVadiere examinaba el caso.

El estado no logró “demostrar con pruebas claras y convincentes que limitar los movimientos de los demandados (...) es necesario para proteger a otros individuos”, escribió LaVerdiere en su fallo.

Publicidad

La embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, alabó ayer la contribución de Cuba a la lucha contra el ébola y aseguró que su país está muy agradecido.

Según la OMS, los infectados con ébola son 13.567, de los cuales 4.951 han muerto.

500 millones de dólares es el monto de una demanda contra Kimberly-Clark Corp. porque sus batas quirúrgicas no protegen contra el ébola.