El Ejército asumió ayer el control en Burkina Faso, después de que el presidente Blaise Compaore disolviera el Gobierno y el Parlamento y decretara el estado de emergencia tras días de protestas.

Miles de personas volvieron a salir ayer a las calles de la capital, Uagadugú, para protestar por la reelección de Compaore. Las manifestaciones derivaron en fuertes enfrentamientos con la Policía y el edificio del Parlamento fue incendiado. Las protestas se extendieron e intensificaron en todo el país.

El Parlamento tenía previsto aprobar una reforma constitucional para que Compaore, que gobierna desde 1987, pueda tener un nuevo mandato.

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Estados Unidos expresó su preocupación por el “deterioro” de la situación en Burkina Faso y urgió poner fin a la violencia.