Elizabeth Miranda

Tiene 35 años de edad, y José Campusano Cedeño habla con naturalidad y conocimiento de causa de lo que se produce en el país y de la forma en que se manejan los negocios en el mundo. La experiencia la obtuvo por la cercanía constante con empresarios del país y por los viajes que ha realizado para tener contacto con el mercado externo, desde hace más de 12 años.

En la actualidad es presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura, gremio representante del sector camaronero de nuestro país y fue incluido en un reciente ranking del medio especializado de la industria de productos del mar, Seafood International, como una de las 100 personas más influyentes de su sector a nivel mundial. En el conteo aparece por primera vez un ecuatoriano.

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José, residente de Vista Sol (km 7), nos recibe emocionado en su oficina ubicada en el edificio Las Cámaras, en Guayaquil, mientras ultima detalles de la reciente edición de Aqua Cultura, la revista de la Cámara Nacional de Acuacultura, que se publica cada dos meses.

La asesoría que brinda al sector no sería posible sin un interés genuino por darle valor al emprendimiento local.

Y ese interés lo llevó a los 17 años a crear e implementar una papelería en la Universidad Casa Grande, donde estudió Ingeniería Comercial. “Propuse el proyecto al rector, entre clase y clase yo mismo lo atendía. Ese fue mi primer negocio. Me tocó sentarme y explicar cómo iba a ser el proyecto, dónde quería ubicarla, qué atención daría a los estudiantes de la institución”.

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Después donó la papelería en la que había invertido sus recursos, y en año 2001 empezó una nueva etapa de su vida, la que asegura marcó el inicio de su trayectoria.

Entró a trabajar en la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei). Primero estuvo como analista de ferias y misiones comerciales y luego asumió la coordinación.

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Esa función le permitió tener una relación directa con distintos gremios de exportación del país para la promoción comercial de las empresas en el exterior.

“Tuve una responsabilidad muy grande desde muy joven. Esa fue mi escuela profesional. Allí conocí a las asociaciones de empresarios, siempre viajaba con ellos”.

“El paso por Corpei me dio el amor por la empresa y producto ecuatoriano. Cuando yo digo que Ecuador tiene el mejor camarón del mundo es porque con ellos he convivido y los he probado”.

En el año 2001 empezaron sus constantes salidas del país.

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“Yo viajaba 160 días de los 365. Empezaba a fines de enero, como la feria de textiles en Medellín (Colombia), feria Boston (EE.UU.) de camarón, el salón del mueble en Milano (Italia), y así sucesivamente se me iba el año”, comenta.

Recuerda que cuando viajaba, como todo joven, siempre tenía interés de conocer dónde farrear y comer, pero empezó a adoptar las costumbres de los empresarios y de ellos también aprendió.

“Íbamos a cenar, y llegó un momento en que llegué a ser muy asiduo a lo que ellos hacían. Yo siempre preguntaba mucho”.

En el cargo que tuvo en Corpei colaboró para la vinculación de estudiantes de Publicidad y Marketing de la Universidad Casa Grande para que puedan ir al exterior y conocer el movimiento comercial.

En el año 2008 entró al Servicio Holandés de Cooperación (SNV) como asesor regional para América Latina del Knowledge Institute.

Allí trabajó en el programa negocios inclusivos de las empresas que involucran a comunidades para mejorar sus condiciones de vida.

En el 2011 pasó a la Cámara Nacional de Acuacultura.

El año pasado fue designado por el sector como vicepresidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), una función que asumió con su compromiso de dar todo por lo que se produce en el país.

Mientras comenta sobre el trabajo que realiza pide disculpas y toma su celular para solicitar que recojan a sus niñas.

Dice que ellas han cambiado su vida y en medio de todas sus tareas, su familia no deja de estar en primer lugar. Ama pasar tiempo con sus hijas: Isabel (3 años) y Sofía (año y medio), así como con su esposa María de Lourdes Jaramillo; además con sus abuelos. “Llevo almorzando con ellos diez o doce años”, expresa.

El cargo de presidente ejecutivo es de libre remoción, pero ha acompañado a dos presidentes del directorio de la Cámara Nacional de Acuacultura.

“Hoy en día se valora mucho el aporte de los jóvenes, tenemos siempre espacios”, manifestó José.

Sostiene que cuando llegue el momento de dejar su cargo en la Cámara, anhela, desde el sitio en que vaya a laborar, ayudar en la asesoría para impulsar el emprendimiento en el país.

Dicen de él Lo conocí cuando comenzó, es muy responsable y trabajador. Siempre tenía una buena relación con sus subalternos”.Rafael Estrada Presidente ejecutivo de Corpei