A las 02:00 de este sábado, más de 400 jóvenes se encolumnaban en los exteriores de Centro de Movilización de Guayaquil, para conseguir un cupo y realizar el servicio militar no obligatorio. "Algunos hemos intentado entrar a estudiar a la universidad, pero ahora es difícil hacerlo; por eso optamos por el servicio militar para conseguir un trabajo a futuro", dijo Steven Alvárez, uno de los cientos de jóvenes que pernoctaron para servir a su Patria.

A Steven no le importó haber llegado a las 19:00 del viernes, pasar toda la noche y madrugada del sábado. "Ir hacer la 'conscripción' también significa que nos capacitaremos dentro de las bases militares, y cuando salgamos podremos conseguir trabajo con un poco de facilidad; además, algunos nos vamos para salir del ambiente que nos rodea", expresó el joven, de 19 años, que vive en la ciudadela Casuarina, al noroeste de Guayaquil.

Cada vez llegaban más jóvenes al sitio, unos de pie, mientras otros improvisaban una cama con cartones. Justo cuando el sueño les vencía a muchos, a eso de las 03:00, una leve llovizna los hizo preocupar y trataron de cubrirse con lo que más podían sin moverse de su sitio, pues la ubicación para adquirir el cupo a muchos les habría costado no bañarse ni comer por más de 12 horas.

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A las 05:00, cuando la espera se hacía más corta, un grupo de militares junto a otro grupo de conscriptos colocaban cercas para evitar el desorden, algo que habría ocurrido en el primer llamado de acuartelamiento, el pasado mes de mayo, lo que hizo que muchos jóvenes se queden fuera.

Uno de los militares que estaban en el lugar dijo que le da mucho gusto ver como cientos de jóvenes aún tienen el civismo del acuartelamiento. Pese a que hace varios años ya no se obliga al ingreso, siguen asistiendo.