La segunda vuelta del domingo se perfila como la más reñida e impredecible desde el fin de la dictadura militar en 1985. Los brasileños deben decidir si reeligen a la presidenta izquierdista Dilma Rousseff o apuestan a su rival conservador Aecio Neves.

A continuación un vistazo a los dos candidatos a la presidencia en la segunda vuelta electoral del domingo, por orden alfabético:

AECIO NEVES: Es el candidato del partido de oposición más grande de Brasil, el de la Social Democracia Brasileña, que ocupó la presidencia entre 1995 y 2003 con el político Fernando Henrique Cardoso. Tiene como compañero de fórmula a Aloysio Nunes, el líder de la bancada de su partido en el Senado.

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Neves, de 54 años, es licenciado en economía. Descendiente de una familia de políticos, es nieto del primer presidente electo tras el régimen militar que terminó en 1985, Tancredo Neves, quien murió un día antes de su toma de posesión. Aécio Neves fue diputado federal antes de ser electo gobernador de Minas Gerais, el segundo más grande en población, y reelecto para un segundo mandato en 2006. Tras su gobierno fue senador y presidente del partido que cuenta con una base de apoyo fiel principalmente en el estado de Sao Paulo.

Es el candidato más favorable a la clase empresarial de los tres principales aspirantes a la presidencia. Propone hacer ajustes en gastos públicos, dotar de autonomía al Banco Central y presentar una reforma fiscal.

También promete una política externa más abierta al comercio para la que plantea flexibilizar reglas del bloque Mercosur que ahora prohíben que sus países miembros acuerden tratados bilaterales sin el permiso de los demás.

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DILMA ROUSSEFF: La presidenta de Brasil desde 2011 busca la reelección y continuidad de programas sociales del Partido de los Trabajadores, que lleva casi 12 años en el poder.

Fue la candidata escogida por el popular presidente Luiz Inácio Lula da Silva y la primera mujer en ser mandataria del país. Promete fortalecer programas asistenciales que han ayudado a erradicar el hambre y la pobreza extrema lo que la hace la candidata favorita entre los más pobres de Brasil.

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Sin embargo, la economía entró oficialmente en recesión en agosto después de una grave desaceleración. Aunque Rousseff es criticada por empresarios por su política intervencionista, analistas presagian que flexibilizaría precios como los de la gasolina y electricidad para no causar más afectaciones a la industria.

Rousseff, de 66 años, estuvo detenida por la dictadura y fue torturada en los años 70 cuando militaba en una guerrilla de izquierda.

Antes de ser presidenta, dirigió el consejo administrativo de la paraestatal Petrobras entre 2003 y 2010 mientras era ministra de Minas y Energía y luego jefa de Gabinete de la Presidencia. Su carrera política ligada a la petrolera, en vez de ser una fortaleza, es una debilidad para la candidata ya que la empresa está envuelta en un escándalo de corrupción por un esquema de sobornos entregados a políticos del partido gobernante a cambio de contratos.