La "independencia definitiva" de América Latina se conseguirá plenamente cuando todos los países de la región se integren y creen incluso una moneda común, defendió este viernes en una disertación pública en Ginebra el presidente de Ecuador, Rafael Correa.

"La Patria Grande, como llamamos a nuestra América Latina unida, ya no es solo un sueño de nuestros libertadores, sino la mejor, y tal vez única, manera de obtener nuestra segunda y definitiva independencia", afirmó Correa.

"Con la integración debemos buscar potenciar nuestras capacidades, y defendernos del neocolonialismo y del injusto orden mundial", agregó.

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Correa fue el orador invitado de la decimoquinta edición de la Cátedra Raúl Prebisch, una serie de ponencias reservadas a grandes personalidades, y creadas en honor del primer secretario general de la Conferencia de Naciones Unidas para la Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), el economista argentino que les dio el nombre.

El presidente ecuatoriano -reelegido por tercera vez el pasado año- habló durante más de dos horas en las que intentó trazar los desafíos a los que se enfrentan países pobres como el suyo, en su camino para el desarrollo económico y social.

"En el siglo XXI el gran desafío de la humanidad es una lucha política que empieza por liberar a las grandes mayorías del dominio de las élites, por lograr la supremacía de los seres humanos sobre el capital, de las sociedades sobre el mercado y de nuestras naciones sobre los intereses de países hegemónicos y del capital trasnacional", resumió.

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Sostuvo que "el mundo del futuro será un mundo de bloques", y delineó lo que podría constituir la integración del continente.

"Con solo unirnos podríamos conformar la cuarta economía más grande del mundo, con el 5,9 % del PIB mundial, con un tercio de las fuentes de agua dulce del planeta, con el primer lugar en producción mundial de alimentos y con reservas de hidrocarburos para los próximos 100 años".

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Precisamente, y refiriéndose a los hidrocarburos y al medio ambiente, Correa se mostró ferozmente opuesto a dejar de explotar los recursos petrolíferos del Amazonas en aras a lo que definió como "ecologismo infantil".

"Hoy muchos exigen -sin ninguna solvencia moral- que no se explote el petróleo de la Amazonía. Pero eso implica un costo inmenso por los ingresos no recibidos".

"Debemos hacer el uso del extractivismo para salir de él, para pasar de la economía de recursos finitos a la economía de recursos infinitos: aquella basada en el talento humano y el conocimiento, pero sin el absurdo de rechazar el aprovechamiento de nuestros recursos naturales y ser mendigos sentados en costales de oro".

Volviendo al proceso de integración, Correa se mostró a favor de crear un Banco del Sur y un Fondo del Sur para conseguir mantener el ahorro de los países en la región y poder destinarlo a inversiones en el continente.

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Asimismo abogó por una moneda regional.

"Lo que es claro es que es un absurdo comercial en una moneda extrarregional".

"La mejor forma de liberalizarnos del imperio del capital es la integración, para alcanzar desde cosas tan sencillas como salarios mínimos regionales que impidan la absurda competencia entre nuestros países en favor del capital trasnacional, hasta como bloque incidir en el cambio del injusto e inmoral orden mundial".

Precisamente, Correa criticó duramente a los Tratados de Protección Recíproca de Inversiones, "donde el capital tiene más derechos que los seres humanos y cualquier trasnacional puede llevar a un país soberano a un arbitraje".

"Aquí también tiene un rol fundamental la integración. Una de nuestras principales propuestas en Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas) es la creación del centro de arbitraje de Sudamérica".

Por otra parte, el presidente ecuatoriano atacó "la falacia de que el libre comercio beneficia siempre y a todos", y denunció las trabas a la libre circulación de personas.

"Se prioriza la liberalización financiera y de mercancías, pero inconsecuentemente se criminaliza cada vez más la movilidad humana".