El caso de la petrolera Chevron, que fue demandada por daños ambientales en el Ecuador, dio un giro ayer luego de que la defensa de los afectados por la contaminación presentara una demanda penal ante la Corte Internacional de La Haya contra el gerente de la empresa, John Watson, y otros directivos, a quienes acusa por supuestos crímenes de lesa humanidad.

Hace casi dos décadas, estos grupos amazónicos plantearon una demanda en contra de la petrolera. En la sentencia se la condenó a pagar $ 9.500 millones y a pedir disculpas públicas por haber ocasionado daños ambientales en la selva.

Esta pelea pasó a la Corte de La Haya, ya que los perjudicados consideran que la demora en el cumplimiento de esa sentencia continúa afectando al grupo de demandantes.

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Estas son las razones, a decir de Pablo Fajardo, abogado de los afectados, que configuran el delito de lesa humanidad.

La denuncia fue entregada ayer al fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda; en ella se acusa a Watson y a otros directivos de la empresa de mantener “un ataque generalizado y sistemático contra la población civil de esa zona”.

Este delito, indicó Fajardo, está tipificado en el artículo 7 del Estatuto de Roma como un crimen de lesa humanidad, que puede determinar la prisión por 30 años o a perpetuidad.

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James Craig, vocero de la petrolera, dijo: “Esta es una maniobra más para distraer la atención del hecho de que la sentencia contra Chevron en el Ecuador carece de todo mérito y es el resultado de un fraude sin precedentes. Una corte de Estados Unidos ha determinado que los abogados que están detrás del caso violaron las leyes contra la asociación ilícita y la corrupción, al haber cometido fraude, lavado de dinero, manipulación de testigos y obstrucción de la justicia”.

“Si hay alguien que debería aparecer ante un tribunal penal, son aquellos que han corrompido las cortes ecuatorianas en un intento de extorsionar a Chevron”, agregó.