El papa Francisco pidió hoy la abolición de la pena de muerte y se manifestó en contra de la cadena perpetua, dijo en Roma ante una delegación de asociaciones intenacionales de criminalistas.

"La cadena perpetua es una pena de muerte oculta", dijo el pontífice de 77 años.

Los cristianos deben abogar por la abolición de la pena de muerte y por condiciones humanamente dignas en las prisiones. "Se trata de respetar la dignidad de todo el que está en prisión", señaló.

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El líder de la Iglesia católica criticó en su largo discurso que la pena de muerte siga empleándose "en todo el planeta". Los argumentos contra la pena de muerte son conocidos, como la posibilidad de cometer errores o el uso de los regímenes totalitarios de esa condena como medio de presión.

El pontífice argentino consideró además la prisión preventiva como "una especie de castigo oculto ilegal que tiene sólo apariencia de legalidad", y que supone un problema especialmente en países donde muchos presos se encuentran en esa condición.

"Eso empeora la situación de las prisiones que por eso están sobrepobladas de forma innecesaria".

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El papa también criticó la situación en muchas prisiones de alta seguridad, que consideró que con frecuencia son también un tipo de tortura.