Human Rights Watch (HRW) pidió este jueves al fiscal de Perugia (centro de Italia) que retire los cargos de escándalo público a seis activistas homosexuales que se besaron en público durante una manifestación de opositores al matrimonio gay.

El hecho sucedió el 29 de marzo durante un acto de los conocidos como Centinelas en Pie, un grupo de personas que desde 2013 organiza concentraciones en las plazas para protestar en silencio contra el matrimonio entre homosexuales.

Fue entonces cuando tres hombres y tres mujeres mostraron su disconformidad ante esta concentración besándose entre ellos, lo que provocó momentos de tensión y la intervención de la policía, que identificó a los activistas.

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A raíz de este hecho, el fiscal emprendió una investigación y el pasado 7 de octubre los activistas recibieron la notificación con la que se les imputó el cargo de escándalo público y, además, a cuatro de ellos se les sumó el de conducta obscena en la vía pública.

"La acusación sería irrisoria si no reflejara a la perfección los sentimientos homófobos contra los que los activistas están luchando. El fiscal debe retirar esos cargos inmediatamente", dijo en un comunicado Judith Sunderland, responsable de la sección de Europa occidental de HRW.

Para la imputación, el fiscal se basó en un informe policial redactado la tarde del suceso en el que, según HRW, se acusa a los dos hombres de "besarse apasionadamente en la boca delante de muchas familias con hijos y adolescentes, la mayor parte de ellos menores".

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Además, la ONG lamentó que la acusación, siempre de acuerdo al informe policial, se sustente también en la indumentaria de los activistas, provistos de "camisetas coloridas y boas de plumas".

En este sentido, Sunderland defendió que ver a "hombres y mujeres gais besándose en público no es un crimen" y que las acciones de los activistas están encaminadas a "proteger su derecho a protestar pacíficamente".

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El pasado 5 de octubre, los Centinelas llevaron a cabo protestas en diferentes ciudades de toda Italia como Trento, Turín, Nápoles, Bolonia y Venecia, donde se produjeron algunos momentos de tensión entre los manifestantes y los activistas por los derechos homosexuales.

Esta polémica se produce en un momento en el que Italia debate si legislar este tipo de uniones homosexuales.

En el país transalpino se da un vacío legal a este respecto que algunos ayuntamientos han aprovechado para emprender medidas en defensa de este colectivo.

Es el caso de consistorios como Nápoles o Bolonia que permiten la inscripción en el Registro Civil de los matrimonios contraídos en el extranjero.

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Contrarios a este gesto, considerado un pulso al Estado, se han mostrado algunos políticos como el ministro del Interior, Angelino Alfano, que ha advertido con una circular que cancelará dichos registros.

El primer ministro del país, Matteo Renzi, ha confesado que su Gobierno prepara actualmente un proyecto de ley con el que se reconocerán las uniones civiles entre personas del mismo sexo y que podría ser anunciado a principios del próximo año.