El gobierno estadounidense saludó ayer que Turquía haya rectificado su política y permita ahora que combatientes kurdos de Irak crucen la frontera para ayudar a defender Kobani (norte de Siria), ciudad sitiada por el grupo Estado Islámico (EI).

“Le damos la bienvenida a las declaraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores” turco, declaró la portavoz del departamento de Estado norteamericano, Marie Harf.

La llegada de los bien entrenados combatientes kurdoiraquíes (peshmergas) a Kobani podría ser de gran ayuda para los sirios kurdos, que en estos momentos están siendo apoyados por los ataques aéreos estadounidenses contra el EI en la zona y reciben armamento y municiones desde el aire.

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“Como todos hemos visto, el EI está poniendo más recursos, más combatientes en Kobane; la situación se ha hecho cada vez más grave”, señaló Harf.

La portavoz afirmó que continúan las conversaciones con Turquía sobre otras formas en que Ankara podría ayudar a la coalición a combatir al grupo yihadista, que controla vastas zonas de Irak y Siria.

Ha quedado claro que, tras un mes de bombardeos, “las fuerzas sobre el terreno se estaban quedando escasas de suministros necesarios para continuar la lucha; por eso decidimos autorizar esto”, dijo Harf.