La rutina laboral de Melgar Quiñónez, Marco Marchán, Susan Sandoval, Ramiro Bonilla y Álison Villacrés transcurre intercambiando instrucciones con los pilotos de aeronaves, basados en los códigos del alfabeto fonético, tanto en el aire como en la tierra.

Ellos son controladores de tránsito aéreo de la Dirección de Aviación Civil (DAC), que ayer celebraron su día trabajando, pues su oficio es ininterrumpido durante las 24 horas, los 365 días del año.

“Somos un eje fundamental dentro de lo que es la aviación civil, la aeronáutica. Llegamos a convertirnos en ojos del piloto, guías del piloto”, sostiene Bonilla, presidente de la Asociación de Controladores Aéreos del Guayas y Galápagos.

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Cuando una aeronave vuela a alturas que supera los 30 mil pies, a los pilotos les es difícil guiarse por la orografía, por el sentido visual. Entonces, la guía de los controladores, sea a través de sistemas de radar o de comunicación, se vuelve indispensable, agrega Bonilla.

Pero, además, el vigilante aéreo, que debe dominar el inglés, se encarga de coordinar y dar la autorización para que un avión vuele y aterrice en el momento propicio; de ubicar las coordenadas para que la aeronave pueda salir de zonas en las que se registra turbulencia.

Incluso de calcular en qué instante dos aeronaves pueden pasar por la misma dirección, pero a distancias establecidas por la Organización de Aviación Civil Internacional, que agrupa a 189 países.

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Y todo aquello debe hacerse con precisión, pues un error o descoordinación podría desencadenar en una tragedia.

En el país la DAC tiene 220 controladores de tránsito aéreo, quienes se forman en la Escuela de Aviación Civil de Quito. En el centro de control de Guayaquil, en la avenida de las Américas, operan 54 controladores, y en la torre de control del aeropuerto José Joaquín de Olmedo lo hacen 25.

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Marchán, jefe de los servicios de navegación aérea, explica que debido al estrés que demanda la función de ser vigilante aéreo, aunque laboran ocho horas al día, ninguno puede exceder dos horas continuas.

Quien llega a ese rango obligatoriamente tiene que tomar un descanso que puede ir de 20 a 40 minutos. En ese tiempo es relevado por un compañero.

El control de tráfico aéreo está secuencialmente organizado. Desde la torre de un aeropuerto se ejerce una supervisión en un espacio de hasta 5 millas a la redonda (8 km).

Del centro integrado de control (edificio de la DAC) se supervisan los aviones con radares y más equipos a distancias de 40 millas en adelante.

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controladores de tráfico aéreo tiene la DAC en Guayaquil.

Al comienzo no tenía ni idea de qué se trataba. Era una profesión desconocida en nuestro medio, pero luego llegamos a tomarle cariño”.Melgar Quiñónez, con 43 años de servicio es el controlador en funciones más antiguo de la DAC