Cientos de feligreses de la Virgen de Schoenstatt ofrendaron ayer ramos de rosas blancas durante la misa de inicio del año jubilar del movimiento schoenstattiano, que se ofició en la Catedral Metropolitana de Guayaquil.

En el templo, monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil, bendijo el retablo dedicado a la imagen de la Virgen e invitó a los fieles a defender a la familia y educar correctamente a los jóvenes. Dijo que actualmente son amenazados por los males de la sociedad.

Humberto Salgado, padre del santuario de Schoenstatt, que está ubicado en el km 4 de la av. Juan Tanca Marengo, agradeció la labor que la comunidad católica realiza en la ciudad.

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Al final de la liturgia, la imagen de la Virgen Peregrina fue colocada en un altar cerca de la entrada principal de la Catedral y bendecida.

Esta eucaristía se sumó a las actividades por los 100 años de fundación del grupo católico, de origen alemán.

Durante los tres días de celebración, miles de peregrinos consagrados a la Mater renovaron sus alianzas de amor.