Hoy, Inés Panchano Lara viaja hacia Bolivia para representar al país en el concurso de belleza Reina Hispanoamericana, torneo en el que competirá con otras 20 candidatas.

A sus 28 años, Panchano, quien es doctora general y cursa la rural en Esmeraldas, su provincia de origen, dejó atrás las intensas sesiones de quimioterapia, radioterapia y la mastectomía (extirpación de la mama), que cambiaron por completo su mundo.

Esta guerrera de la vida, como se define, descubrió que tenía cáncer de seno a su regreso de La Habana (Cuba), donde cursó sus estudios de Medicina, gracias a una beca.

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“Cuando estaba allá atendí a cientos de mujeres que tenían cáncer de seno, pero jamás imaginé que yo podría padecerlo. Solo se siente el miedo del cáncer cuando te pasa”, sostiene la exreina de Esmeraldas.

Fue en junio del 2012 cuando sintió un pequeño bulto en su seno derecho. Un primer diagnóstico descartó su sospecha hasta que luego de sentir nuevamente una molestia, Jaime Plaza, cirujano oncólogo, confirmó su temor.

“A mis 27 años descubrieron que tenía cáncer en etapa 3. Lo primero que le dije al doctor fue cuánto me queda de vida. Fue un golpe duro”, afirma Lara.

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El cáncer fue también la oportunidad, indica, de conocer personas maravillosas a quienes confió su vida y que a lo largo de su lucha se han convertido en sus amigos. “Conocí a Luis Unda, mi oncólogo clínico me hacía las quimioterapias; Jaime Plaza me hizo la mastectomía para extirpar el seno y sacar el tumor de cinco centímetros que tenía”, dice.

Su familia y grupo de doctores fueron su apoyo principal. “Yo recién asimilé que tenía cáncer cuando me vi sin cabello, que fue a los 18 días de la primera quimioterapia”, cuenta Panchano quien desea especializarse en cardiología cuando termine su año rural.

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La época de quimioterapias también la marcaron. La primera vez que se sometió a una fue un 14 de febrero, Día del amor y la amistad. “Sin novio y yo lloraba, porque tenía un novio y al enterarse de eso me dejó, se esfumó”, dice ahora sonriendo.

Después de la segunda quimioterapia, un 8 de marzo, día internacional de la mujer, Panchano asegura que decidió retomar las riendas de su vida y no dejarse vencer por la enfermedad. Cuando llegaba a Guayaquil, donde durante el año de tratamiento se instaló en la casa de sus tíos Raúl Frías y Marlene Gómez de Frías, compró pelucas de todos los colores y lo tomó como un modo de vida. “Tuve que sacar valor hasta de donde no lo tenía y esta enfermedad a mí me ayudó a conocer la verdadera fortaleza de Inés Panchano. Esto me enseñó que en la vida se van a presentar muchos obstáculos pero si tienes la fuerza necesaria, el apoyo de la familia y creer en Dios, uno puede con todo”, sostiene Panchano.

Un año duró su tratamiento. Luego de las quimioterapias comenzaron las radioterapias con la doctora Elizabeth Gamarra, en Solca. “Ella me hizo 30 radiaciones en mi seno. Fue un año de altibajos, de etapas de vida en que no soportaba el dolor pero que tenía que sacar fuerzas de donde no tenía”, comenta.

El cáncer, revela, la cambió, no físicamente sino en lo espiritual. “Me volví más fuerte, me volví más empática y dejé de llorar por cosas banales”, dice. Pero aunque el cáncer modificó sus planes, sus sueños se mantuvieron intactos.

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Tras sus sueños

Al año siguiente, la corona del concurso Miss Ecuador fue su objetivo. Ingresó para materializar una aspiración de su infancia. En el concurso, el cirujano Francisco Borja reconstruyó su seno con una terapia de células madre. “Verme sin seno fue duro. Me quedó una cicatriz de 10 centímetros. Tengo una prótesis debajo del músculo que va a ir expandiendo mi piel poco a poco y va a formar el seno. Después sacan esa protésis y ponen una de silicón y ya me van a formar el pezón y la areóla”, expone.

Sus compañeras de competencia conocían sobre su historia. Su intervención en el Miss Ecuador también supuso un cambio en el reglamento. Ese año, cuenta, María del Carmen de Aguayo hizo una excepción y permitió que a sus 27 años participara.

Aunque entonces no tenía el cabello largo, optó por emplear extensiones para no sentirse en desventaja. Aquí conoció a su mejor amiga Francis Caicedo, con quien mantiene una estrecha amistad, aún después del torneo.

Uno de los tres títulos importantes lo obtuvo Panchano. Fue designada como Miss Supranational Ecuador 2014, competencia a la que viajará en noviembre y que se realiza en Polonia.

Ahora, su meta actual es destacar en el concurso Reina Hispanoamericana, en Bolivia. Este año será el último en el que participe en los reinados. Después de ellos retomará su rural en Tachina (Esmeraldas) para luego especializarse en cardiología. Su batalla, su experiencia, su dolor, marcaron a su familia y la marcaron a ella. Le enseñó, dice, a valorar a sus padres, su tiempo con ellos y a agradecer por la oportunidad de cumplir sus sueños.

El cáncer fue un tiempo más de espera. Aprendí a valorar más a mi familia, mi vida, mi tiempo con ellos. Me siento bendecida por Dios de estar aquí, de cumplir mis sueños”.Inés Panchano Miss Supranational 2014