En aras de la “paz social” y la “gobernabilidad” en el país y para que no haya “pretextos para desmanes”, el presidente Rafael Correa resolvió enviar a la Asamblea reformas puntuales al Código del Trabajo vigente y no uno nuevo, justificó ayer el ministro de Relaciones Laborales, Carlos Marx Carrasco.

Por la tarde, en un conversatorio con los medios, el propio jefe de Estado anunció que el Código “y su media docena de reformas” serán presentados el próximo 15 de noviembre.

Carrasco acusó a los sindicalistas agrupados en el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) de mantener una postura de “irreflexión y oposición” al proyecto de Código Laboral; y agregó que están “tirando por la borda la oportunidad de legar a la sociedad una nueva ley”.

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En una entrevista en Ecuavisa, el funcionario admitió que “todas las decisiones transformadoras tienen un costo político”, pero que el Gobierno fundamenta sus acciones en el ser humano y no en el capital, por lo que “mal podría hablarse de un costo político si el Código beneficiará a la sociedad”.

Carrasco no adelantó qué temas se incluirían en el paquete de reformas laborales.

“El presidente será quien tome la decisión final sobre esos contenidos y se lo hará en consenso con la Asamblea”, dijo y anotó que se recogerán los puntos con mayor consenso.

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En el bloque de Alianza PAIS se han mencionado al menos nueve, como sindicatos, salarios, utilidades, estabilidad laboral, modalidades de contratación, tipos de trabajo, empleo, institucionalidad y jubilación.

Incluso, los legisladores de la Comisión de Derechos de los Trabajadores hablaron de la posibilidad de aprobar no solo uno, sino varios proyectos de reformas en el transcurso del periodo legislativo.

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Aunque el mandatario dijo que las reformas eran “urgentes”, eso no significa que se enviarán a la Asamblea por la vía económico-urgente, aclaró Carrasco.