Cataluña anunció este martes que desconvoca el referendo separatista del 9 de noviembre al no disponer de cobertura legal para organizarlo. El presidente de la región, Artur Mas, dijo que en su lugar se celebrará una votación no oficial y sin padrón electoral.

El gobierno respondió que analizará el marco de la alternativa planteada para, en su caso, frenarla en los tribunales. Pero destacados líderes del gobernante Partido Popular dejaron entrever que no se impugnará al tratarse de un proceso sin resultados válidos ni representativos.

Mas admitió que la única manera de consultar legalmente a la ciudadanía sobre la pertenencia a España es a través de unas elecciones regionales plebiscitarias en las que los partidos proindependentistas presenten una lista única. El escenario parece poco probable.

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Las incógnitas que se abren a corto plazo en Cataluña son muchas.

La desconvocatoria de Mas fue la crónica de un anuncio esperado. El Tribunal Constitucional, máximo órgano judicial del país, suspendió la consulta y la ley autonómica que la amparaba tras admitir dos recursos del gobierno central el pasado 29 de septiembre. Desde entonces, Mas se reunió varias veces con las formaciones que apoyaban el referendo sin lograr una solución de consenso.

Encuenta

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La salida que ha encontrado el presidente es la celebración de un proceso ciudadano, algo similar a una encuesta. No habrá registro de ciudadanos con derecho a voto y su resultado no tendrá consecuencias. El gobierno catalán colocará mesas electorales y papeletas en locales de su propiedad el próximo 9 de noviembre. Todos los catalanes mayores de 16 años -la edad legal de votación en España es 18- podrán acudir a estas urnas y responder a las dos preguntas que se plantearon: "¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado? En caso afirmativo, ¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado independiente?"

"El gobierno catalán mantiene su objetivo de celebrar un referéndum el 9 de noviembre, significa que habrá centros de votación abiertos, con urnas y papeletas", dijo Mas en rueda de prensa en Barcelona. "Dependerá de la gente mostrar una participación lo bastante fuerte como para demostrar que la gente aquí quiere votar".

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La vicepresidenta española Soraya Sáenz de Santamaría respondió que el gobierno analizará la nueva propuesta para impugnarla al Constitucional si la considera ilegal. Pero la líder del gobernante Partido Popular en Cataluña sugirió que se permitirá.

"Las encuestas son legales y se pueden hacer", dijo Alicia Sánchez Camacho. "Las encuestas masivas y los foros de participación son eso: encuestas y foros, pero nada más. Por mucho que el señor Artur Mas quiera dar apariencia de lo contrario".

Horas antes de la comparecencia de Mas, el presidente español Mariano Rajoy calificó la desconvocatoria como una "excelente noticia".

Soberanía fiscal

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Pero el reto del Estado en Cataluña sigue siendo grande. Una gran parte de la sociedad catalana cuestiona su relación con el resto de España, tal y como han demostrado las multitudinarias manifestaciones independentistas de los últimos tres años.

Cataluña, con 7,5 millones de habitantes, es una de las regiones más ricas del país. Posee un amplio autogobierno pero reclama más soberanía fiscal, entre otras competencias.

Mas dio por sentado que el referendo que propuso por primera vez en 2012 es prácticamente imposible. Y lanzó la idea de elecciones regionales plebiscitarias con lista independentista única. Si esa hipotética lista obtuviera la mayoría absoluta, el mensaje sería claro, dijo el presidente.

No será fácil articular dicha unidad. Mas lidera una coalición de dos partidos en la que no todos sus miembros respaldan la independencia de España. Su actual socio parlamentario, Esquerra Republicana, es netamente independentista y se ha mostrado muy molesto con la desconvocatoria del referendo. Otros partidos que sí apoyaban la consulta no se han declarado a favor de la independencia.

Si Esquerra retirase su apoyo en la cámara regional, Mas se vería obligado a buscar un nuevo socio o convocar inmediatamente elecciones.