La presidenta izquierdista de Brasil, Dilma Rousseff, quedó de primera en las elecciones del domingo, pero no logró suficientes votos para evitar ir a una segunda vuelta contra el rival pro mercados Aécio Neves, quien tuvo un sorpresivo repunte a última hora, mostraron resultados parciales.

Tras la campaña más agitada en Brasil en décadas, el énfasis de Neves en un "cambio seguro" y sus buenas credenciales como gobernador del estado de Minas Gerais por dos períodos convencieron a un número suficiente de votantes de que él era la apuesta más segura para reemplazar a Rousseff.

Pese a que durante el Gobierno de Rousseff, del Partido de los Trabajadores, el país cayó en una prolongada desaceleración económica, la presidenta sigue siendo muy popular entre los más pobres.

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Con el 86,55 por ciento de los sufragios escrutados, Rousseff contaba con 40,53 por ciento de votos válidos comparado con un apoyo del 34,83 por ciento para Neves, según los resultados parciales del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil.

Se quedó Silva

Marina Silva, una prominente ambientalista que llegó a liderar los sondeos de intención de voto pero vio desinflarse abruptamente el apoyo al final de la campaña, ocupaba el tercer lugar con un 21,01 por ciento.

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Una encuesta a boca de urna difundida por TV Globo apenas cerraron las urnas mostró a Rousseff, que busca la reelección, con un 44 por ciento de los votos, a Neves con un 30 por ciento y a Silva con un 22 por ciento.

Como ninguno de los candidatos logró la mayoría de los votos válidos, Neves y Rousseff se enfrentarán en segunda vuelta el 26 de octubre.

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En la contienda para la segunda vuelta -que según sondeos de intención de voto debería ganar Rousseff- se enfrentarán el énfasis de la mandataria en los robustos programas sociales y la intervención del Estado en la economía contra la visión de Neves de un mayor comercio y de un Estado más austero.

Hasta la semana pasada, Silva, del Partido Socialista Brasileño, se perfilaba como la más probable rival para Rousseff en segunda vuelta. Pero el apoyo se fue desinflando ante la campaña negativa que la acusaba de ser volátil en temas como el sistema tributario y el matrimonio homosexual.

Eso le otorgó a Neves una ventana para presentarse como una alternativa más segura. Su partido de centro, el de la Social Democracia Brasileña (PSDB), gobernó Brasil entre 1995 y 2002, período en el que se realizaron importantes reformas pro mercado que pusieron fin a décadas de elevada inflación y de inestabilidad financiera.