Más de 4.000 inmigrantes han muerto en lo que va de año intentando llegar a un país desarrollado huyendo de una realidad de violencia y pobreza, según el informe "Viajes letales" publicado hoy por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).

De estas 4.000 personas, más de 3.000 perecieron cruzando el Mediterráneo en un intento desesperado por alcanzar las costas europeas, y otros 230 murieron en la frontera entre México y Estados Unidos.

Según los datos recopilados por los expertos de la OIM, el número aproximado de inmigrantes que han muerto desde el año 2000 intentando cruzar una frontera irregularmente supera los 40.000.

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Una cifra que sin embargo, se considera una estimación a la baja, dado que la organización sabe con certeza que muchas muertes no se registran.

De hecho, los expertos calculan que por cada cuerpo de un inmigrante muerto recuperado, hay dos que nunca se encontraron.

Esta situación se debe al hecho de que no hay ninguna institución que se dedique a llevar a cabo estos registros de forma global, y a que muchos de los gobiernos implicados no tienen ningún interés en recolectar dichos datos y menos en hacerlos públicos.

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Procedencias

Más allá de los números, otro aspecto es el hecho de que se sabe muy poco de los que perecieron.

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El informe indica que por ejemplo en 2014, el 70% de las muertes registradas se refieren a cuerpos que nunca fueron recuperados en el mar, y en la mayorías de los casos ni tan siquiera se supo si eran mujeres u hombres.

Lo que sí se sabe es que la mayoría provenían de África y Medio Oriente, con Siria y Eritrea como principales países de origen.

Según la OIM, desde el año 2000, más de 22.000 inmigrantes perdieron su vida intentando alcanzar Europa; entre 1996 y 2013 al menos 1.790 inmigrantes murieron intentando cruzar el desierto del Sahara; y desde 1998, más de 6.000 inmigrantes murieron intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.