La Justicia chilena abrió hoy formalmente la investigación contra los tres sospechosos del atentado explosivo contra dependencias del tren subterráneo a inicios de mes, que dejó 14 heridos.

"No descansaremos hasta que haya justicia, porque así lo demandan todos los chilenos", dijo tras la jornada el vocero del gobierno de Michelle Bachelet, el ministro Álvaro Elizalde.

El magistrado a cargo del caso, René Cerda, además decretó prisión preventiva para los dos principales imputados, Juan Flores y Nataly Casanova. El tercer acusado, Guillermo Durán, quedó con arresto domiciliario.

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El juez, que consideró que los veinteañeros son "un peligro para la sociedad", estableció un plazo de diez meses para concluir las investigaciones a cargo de la Fiscalía.

La defensa de los sospechosos, pese a pruebas de ADN e imágenes de video, dijo que las acusaciones contra los imputados "se basan en suposiciones".

Los sospechosos, capturados el 18 de septiembre, lucieron relajados y sonrientes durante todo el proceso, transmitido en vivo por varios canales de televisión.

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El ataque del 9 de septiembre a dependencias del tren subterráneo fue calificado como "un acto terrorista" por gobierno y oposición.

Los últimos meses también hubo detonaciones en bancos y comisarías, aunque sin dejar heridos. La fiscalía arguyó hoy que varios de esos atentados fueron realizados por los detenidos.

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Ante la crisis desatada por los ataques, que obligaron a desplegar a cientos de policías permanentemente en el tren subterráneo, gobierno y oposición acordaron impulsar cambios a la ley antiterrorista, además de fortalecer los equipos de inteligencia.