En aproximadamente seis horas, el pasado domingo, tres hombres fueron asesinados a tiros en Guayaquil y Samborondón, provincia del Guayas.

El primer crimen se registró cerca de las 16:00 en la parroquia Tarifa del cantón Samborondón. En ese lugar fue asesinado Darwin Macías Plúas, de 38 años, quien trabajaba como recaudador de una empresa.

Eufemio Macías, padre de la víctima, contó ayer mientras esperaba el cadáver de su hijo en la morgue de la Policía, que Darwin fue abordado por un desconocido cuando realizaba un cobro a una mujer.

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Según Macías, su vástago fue disparado unas seis veces por la espalda. Desconoce si fue por robo o alguna retaliación, por lo que esperaba que la Policía le informe de las primeras investigaciones.

Tres horas después de la muerte de Darwin Macías, Luis Antonio Barco Troya, de 35 años, fue asesinado cuando cumplía su función de guardia de seguridad en una camaronera ubicada, según sus familiares, a una hora de Andec (Acerías Nacionales del Ecuador), en el sur de Guayaquil.

Evaristo Acosta, primo de Barco, relató que su pariente fue victimado en un supuesto enfrentamiento con delincuentes, quienes habrían intentado atracar la camaronera.

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Barco llevaba seis meses laborando en ese lugar y salía libre cada veinte días. Contó que le faltaban pocos días para reencontrarse con su familia.

El deceso del guardia fue conocido por sus parientes a las 22:30, después de que un compañero de la víctima los llamó por teléfono.

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Mientras, a las 22:00 del domingo fue asesinado Éder Erme Segura Guerrero, de 23 años, en el norte de Guayaquil. Amador Segura, padre del joven, denunció el hecho en la Fiscalía y aseguró que desconocía al autor de los disparos.

A la morgue de la Policía llegaron varios familiares de la víctima, quienes dijeron que tampoco conocían las circunstancias del crimen. “Solo nos llamaron a decir lo que había ocurrido”, dijo un allegado.

Los tres fallecidos dejaron nueve niños en la orfandad; Darwin Macías, seis; Antonio Barco, dos; y Segura, uno.

Él andaba recaudando, la empresa lo había mandado. Hay hipótesis de que tenía problemas con una señora que no le quería pagar. Los tiros están de atrás para adelante”.Eufemio Macías, papá de Darwin