La paz de Dios me consuela.

Consuelo
Aun durante tiempos tormentosos y oscuros en mi vida, la paz de Dios no está sino a un pensamiento de distancia. Al cerrarles los ojos al miedo y la confusión, puedo ver la llama divina en mi centro. Así como la luz de una vela disipa la oscuridad, la luz de Dios disipa el temor. Mantener la fe y la visión de que la luz divina me infunde paz, poder y amor, me brinda consuelo. Afirmo: Dios es mi poder, Dios es mi fortaleza, estoy a salvo. Cualquier experiencia solo tiene el poder que yo le dé, y elijo no darle poder a la adversidad. Dios en mí es una presencia de consuelo en la cual puedo confiar. recibo aliento gracias al poder y la luz de Dios en mí.

Salmo 23:4
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.