Desde hace tres meses, 17 jóvenes y niños, de nacionalidades colombiana y ecuatoriana, conforman la Orquesta juvenil de salsa. Aprenden lo concerniente al solfeo (técnica para leer textos musicales), escalas y la base teórica para continuar con la práctica, explica su director musical Vicente Soriano, de 58 años.

El bajo, piano, bongó, timbales tumbadoras, campanas y tambores son instrumentos que se imponen en el grupo. “La percusión es lo básico, de ahí vienen las trompetas, los instrumentos de viento y el coro”, enfatiza el músico.

La orquesta juvenil se formó dentro de un proyecto que avalan el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el fondo Children of Peace (Niños de Paz) de la Unión Europea.

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Las edades de los músicos oscilan entre los 10 y 27 años. En el edificio Miespacio Juvenil (Chimborazo y Bolivia) se instruyen los miércoles y viernes en el manejo de instrumentos de viento, percusión y cuerda, capacitación en la que se han descubierto talentos.

“Hemos logrado un gran trabajo, los chicos aprenden rápido a pesar del corto tiempo que tenemos formándolos; otros retomaron esos conocimientos que habían dejado de lado”, comenta Soriano.

Elkin Gutiérrez, de 27 años, es uno de los más adultos de la orquesta. Hace dos años llegó a Ecuador desde Colombia atravesando el puente Rumichaca. Él integra el coro y su vinculación al grupo se dio a través del Comité Permanente de Derechos Humanos, cuando era voluntario en temas de ayuda a refugiados.

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“Me ha permitido conocer muchas personas, su cultura y relacionarme con los ecuatorianos”, dice Gutiérrez, quien labora como coreógrafo.

“Me gusta ser un músico y que el público al que le presentamos nuestra música se sienta feliz, que bailen y canten con nuestras presentaciones”, destaca John Jairo Salazar, otro integrante.

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Ana Milena Benavides, madre de un músico, dice que el proyecto ha llevado alegría a sus familias. “Me siento feliz porque mi hijo John Jairo participa en la orquesta. Ver que aprende cosas nuevas y buenas que los ayuda a integrarse con otros jóvenes y los aleja de malos pasos”, acota.

6
meses duran los talleres dirigidos al grupo de jóvenes.

En seis meses conocen toda la instrumentación. La idea es que el taller les permita desenvolverse en otros ámbitos, que se constituyan como empresa cultural...”.Máximo Valverde, director del proyecto Orquesta juvenil de salsa