El referéndum sobre la independencia de Escocia que se celebrará este mes supondrá que la reina Isabel se enfrente a una división en su reino, algo no visto desde los días de Isabel I al inicio del siglo XVII. Pero algunas cosas puede que no cambien mucho.

Sea cual sea el resultado, la reina Isabel probablemente siga siendo la reina de Escocia, ya que muchos escoceses están interesados en seguir teniéndola como jefa de Estado si su votación resulta en la independencia.

Después de casi 64 años en el trono, Isabel está cerca de superar a la reina Victoria en septiembre del próximo año como la monarca con el reinado británico más largo.

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Aunque las celebraciones podrían quedar eclipsadas si los escoceses votan a favor de la independencia el 18 de septiembre, las encuestas sugieren que no será así.

La fecha de la posible separación, el 24 de marzo de 2016, está cargada de significado histórico: se cumplirán 413 años desde que las coronas de ambas naciones se unieron tras la muerte de Isabel I en 1603.

Isabel I murió sin hijos, y su primo Jacobo VI de Escocia se convirtió también en el rey de Inglaterra, aunque los países siguieron separados como estados soberanos.

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En 1707, bajo la Ley de Unión, las coronas y parlamentos de ambos países se unieron formalmente bajo el reinado de la nieta del rey Jacobo, Ana, formando el Reino de Gran Bretaña.

La idiosincrasia de esa unión permanece hasta el día de hoy.

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Lugar de vacaciones

No hay duda de que Escocia es cercana a Isabel. Pasó gran parte de su infancia allí, y su fallecida hermana Margarita nació allí.

El país es el destino favorito de verano para su marido Felipe y para ella, que dejan Londres en agosto por su residencia en Balmoral, a menudo acompañados por otros miembros de la familia real.

Si Escocia vota a favor de la independencia, los nacionalistas dicen que Isabel, con 88 años, seguiría siendo reina de Escocia pese que no hay garantías del futuro de la monarquía a largo plazo.

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"Escocia será una monarquía constitucional el tiempo que el pueblo de Escocia lo desee", dijo el Gobierno escocés, liderado por el Partido Nacionalista Escocés.

Pero entre los que piden la independencia, también existe el sentimiento de que no solo debería acabar la unión con Inglaterra, sino también la monarquía escocesa.

Kenny MacAskill, ministro de Justicia escocés, ha señalado que una Escocia independiente debería celebrar un referéndum sobre mantener la monarquía, y Dennis Canavan, presidente de la campaña por el "sí", que dice que una jefatura de Estado hereditaria es "una afrenta a la democracia", ha dicho que esa votación se debería hacer rápidamente.

Las encuestas muestran que los escoceses son menos entusiastas de la familia real que el resto de Gran Bretaña.

Pero sondeos recientes sugieren que no querrían deshacerse de la soberana.