El papa Francisco fustigó este miércoles "los planes de Thyssenkrupp" para reestructurar las acererías de Terni en el centro de Italia y advirtió a las grandes empresas que con el trabajo "no se juega".

"Aquellos que por razones económicas eliminan trabajo deben saber que le quitan la dignidad al trabajador", dijo el papa argentino Jorge Bergoglio, muy sensible con los problemas sociales.

"Manifiesto mi profunda preocupación por la grave situación que viven tantas familias de Terni debido a los planes de la empresa ThyssenKrupp", dijo ante 20.000 personas reunidas con motivo de la audiencia general.

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El complejo de aceros especiales "Acciai Speciali Terni", fundado hace 130 años, fue comprado este año por el grupo alemán ThyssenKrupp, que proyecta reestructurarlo.

Francisco, quien según sus biógrafos está próximo de la corriente peronista que aboga por la justicia social, ya había hablado en marzo de esta reestructuración ante los obreros de la planta siderúrgica que se habían desplazado a la Plaza de San Pedro.

En esa ocasión, recordó su exhortación apostólica "Evangelii Gaudium", publicada en el otoño de 2013, que le valieron la acusación de los neoconservadores estadounidenses de ser un papa "marxista", lo que negó de plano.

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Jorge Bergoglio, cuya familia piamontesa se arruinó de un día para otro en la crisis de 1929, considera que el desempleo de larga duración, en particular de las jóvenes generaciones, está sacrificando a toda una generación.