Surgió en el 2003 como un grupo extremista opuesto a la invasión de Estados Unidos y sus aliados en Irak. Antiguos soldados y partidarios de Sadam Hussein (dictador en Irak) integraban las filas de este movimiento que se denominó Al Qaeda en Irak (AQI).

Estaba liderado por el militante jordano Abu Musab al Zarqawi, quien murió durante un ataque de EE.UU. en el 2006 y los miembros de AQI se unieron a otros grupos militantes y fue reubatizado como el Estado Islámico de Irak (EII).

Tres años después, el EII parecía debilitado, pero fue tras la retirada de los militares de EE.UU. en el 2011 que se reagrupó y se denominó Estado Islámico en Irak y Siria (EIIS o ISIS por sus siglas en inglés).

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Atravesó la frontera y aprovechó el estallido de la guerra civil en Siria en el 2011 para ganar terreno. Con sus tácticas brutales, que aplicó en Irak no solo a las tropas de EE.UU., sino a los chiitas y cristianos, hoy se identifica como Estado Islámico (EI). Ahora es la manifestación más violenta de la insurgencia sunita que pretende imponer una versión ultraconservadora del islam en la región, según BBCMundo.

El asedio y expulsión de Irak de los yazidíes –a los que acusan de adorar al diablo– y la decapitación del periodista estadounidense James Foley, registrados el mes pasado, son los ejemplos más recientes de la brutalidad del EI.

La muerte de Foley fue difundida por el EI en un video en el que también se muestra al periodista estadounidense Steven Sotloff, que estaba desaparecido, y advirtió que sería el próximo ejecutado si EE.UU. lanzaba nuevos ataques aéreos.

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Desde el pasado 8 de agosto, EE.UU. ha realizado 110 ataques aéreos dentro de la operación aprobada por el presidente Barack Obama para apoyar a las fuerzas iraquíes y kurdas contra el avance de los yihadistas del EI en su territorio.

Obama admitió esta semana que su país no tiene “todavía una estrategia” para luchar contra ellos en Siria. Pero el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que intentará junto con el secretario de Defensa, Chuck Hagel, formar una coalición para luchar contra este grupo extremista coincidiendo con la cumbre de la OTAN prevista para el jueves y viernes de esta semana.

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Califato

A fines de junio pasado, el EI proclamó un califato desde la ciudad siria de Alepo hasta la provincia iraquí de Dilaya y nombró a su líder Abu Bakr al Bagdadi como califa.

Un califato es un estado islámico gobernado por un califa, que indica al sucesor del profeta Mahoma, con autoridad temporal sobre los musulmanes.

Según analistas, localizar a los yihadistas del Estado Islámico en Siria es una tarea difícil para el espionaje estadounidense, ya que no tiene una buena red de informantes y sus drones enfrentan riesgos en el terreno.

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El Reino Unido elevó el viernes a “severo” el nivel de alerta de amenaza terrorista, el cuarto en una escala de cinco, lo que significa que un ataque terrorista es “altamente probable”.

Apoyo de extranjeros

Un antiguo responsable de antiterrorismo de la agencia británica de espionaje en el extranjero, Richard Barrett, dijo en junio a la BBC que el número de británicos que han ido a Siria e Irak podría ser de unos 500.

“Una de las razones por las que EI ha sido capaz de crecer tan fuertemente es que pudo extraer recursos y militantes de Siria”, dice Patrick Cockburn en su libro The Jihadis Return: ISIS and the New Sunni Uprising (El retorno de los yihadistas: ISIS y el nuevo levantamiento sunita), cita BBCMundo.

En Irak, el EI gana terreno gracias a los agravios sufridos por la comunidad sunita que, después de la invasión de Estados Unidos y sus aliados en el 2003, se vio marginada y reprimida por gobiernos chiitas.

Estrategia conjunta

El presidente de Francia, François Hollande, ha señalado que para afrontar al Estado Islámico es preciso una estrategia global. No es un movimiento terrorista como Al Qaeda, sino casi un Estado terrorista, dice. “Un grupo estructurado que dispone de financiación importante y armas sofisticadas”.

Ayer el ejército iraquí, respaldado por combatientes chiitas y kurdos, rompió el cerco de los yihadistas a la ciudad Amerli, donde miles de habitantes llevaban dos meses atrapados y ya no tenían agua ni comida.

Hoy se prevé que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU realice una sesión especial sobre la crisis actual en Irak y los abusos del Estado Islámico que muestra en sus páginas las torturas y decapitaciones.