Dirigir una empresa familiar requiere más que conocimientos administrativos, pues en esas compañías conviven sistemas afectivos y racionales. Por ello deben buscar mecanismos que ayuden a resolver los problemas internos, según Eduardo Favier Dubois, presidente del Instituto Latinoamericano de Empresas Familiares.

De lo contrario, dijo, el nivel de supervivencia puede bajar. En una charla organizada por la Cámara Ecuatoriano Americano de Comercio de Guayaquil, la semana pasada, Favier indicó que en la región entre el 70 % y el 85 % de empresas son familiares y que estadísticamente un 30 % o 40 % sobreviven el traspaso a la segunda generación y solo un 15 % el cambio de la segunda a la tercera.

Aclaró que es necesario que se desarrollen políticas claras en temas como los puestos de trabajo de la familia en la empresa, la distribución de la riqueza, el sueldo de los miembros de la familia y cómo se van a mediar los conflictos.

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Rafael Balda, intendente de Mercado de Valores, explicó en su discurso en la inauguración de la Unidad de Estudios y Desarrollo de Empresas Familiares de la UEES, que en América Latina el porcentaje de empresas familiares bordea el 85%, “por lo que se estima que en Ecuador este porcentaje estaría cercano al 90%”.

Agregó que estas organizaciones enfrentan muchos desafíos y “sin duda el más grande es trascender intergeneracionalmente dado lo complejo de las relaciones familiares”.

La Superintendencia de Compañías ha indicado que actualmente no tiene información exacta sobre las sociedades de tipo familiar, “pero se considera que la mayoría de compañías en el Ecuador son de tipo familiar”. Agrega que se encuentran revisando parámetros para realizar un estudio sobre este tipo de empresas.