“Un sábado trabajé hasta el mediodía, vengo un lunes y ya encuentro toda la pared rayada”, se queja Fanny Reyes, de 43 años, dueña del Comedor JJ, en el km 14 de la vía a Daule.

Fanny no encuentra ningún mensaje en medio de la tipografía escrita en la pared frontal de su negocio que le resulta extraña, pero cree que quienes lo hicieron son jóvenes estudiantes que forman parte de pandillas. “Tengo año y medio aquí y hace dos meses me rayaron la pared, para qué la voy a pintar si me la van a volver a rayar”, se queja.

En los últimos meses, nuevas inscripciones, la mayoría ilegibles, de nombres, apodos o firmas de grupos marcados con aerosol en muros y paredes han empezado a tomarse diferentes sectores de la ciudad.

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En el norte, en ciudadelas como Mucho Lote, Villa España, Orquídeas y zonas como Bastión Popular, Flor de Bastión y Monte Sinaí se observan grabados de algunos de los autores de los escritos, por ejemplo, The Killer 353, Smok, Arna, Jiel, Doik, Sico, Loko 96, Demente, Anarquía 92, BR-Orquídeas.

“Aquí hay pandillas, lo que no sabemos es el nombre. Ayer mismo, como a las siete de la noche, la Policía se llevó a un poco de jovencitos en bicicleta, aquí uno vive en zozobra”, cuenta Maritza Ronquillo, quien vive en Villa España.

Durante un recorrido realizado por EL UNIVERSO se constataron recientes grabados en paredes de las avenidas Francisco de Orellana y de las Américas, en la vía a Daule, en los puentes peatonales y en los alrededores de colegios reconocidos de la ciudad. “Yo vi a un muchacho que tenía la pintura de aerosol y garabateaba un puente elevado, le dije que iba a llamar a la Policía y se fue”, comenta Eduardo, un habitante de una urbanización en la vía a la costa.

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A criterio de Ernesto Piechestein, quien dirige la Mesa de Concertación de Juventudes en el Municipio, la presencia de nuevos grupos o pandillas en el norte de la ciudad obedece al crecimiento físico urbano. “Si bien antes encontrábamos los focos de las pandillas en los Guasmos, centro y sur, la mayoría de esa gente ya creció, maduró, tiene hijos... Pero vienen generaciones atrás que se han movido al norte”.

Algunos dirigentes de organizaciones como los Latin King también creen que se trata de nuevas generaciones, pero aseguran que estos grupos no duran más de tres años.

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“Son gangas o pandillas de colegios, por ejemplo, se reúnen 15 pelados de cuarto curso Informática y se autodenominan I-4, eso es una pandilla”, cuenta Jhonny, uno de los líderes de aquella agrupación, que actualmente cuenta con estatutos sociales y vida jurídica o legal.

Darío, segundo líder de un capítulo de los Ñeta en una zona del suburbio oeste, también cree que estos grupos que surgen en los colegios no llegan a consolidarse por falta de estructura y disciplina.

Sin embargo, varios ciudadanos comentan que les atemoriza caminar cerca de paredes llenas de grafitis, especialmente en horas de la noche, y lamentan lo deteriorada que queda la ciudad en algunas áreas regeneradas, donde rigen normas para cuidar su estética y se sanciona con multas equivalentes al doble del perjuicio y trabajo comunitario.

Para recuperar y limpiar estas áreas, la fundación municipal Siglo XXI adjudicó a la arquitecta Martha Zamora Triviño, un contrato por $ 32.545.

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Son gangas o pandillas de colegios, por ejemplo, se reúnen 15 pelados de cuarto curso Informática y se autodenominan I-4, eso es una pandilla”.Jhonny Presidente de la organización Latin King