Antes de morir habría alcanzado a decir su nombre, Lissette Parrales, y que fue golpeada. Una ambulancia la llevó al hospital Guayaquil, en el suroeste de la urbe, a eso de las 19:00 del pasado jueves.

Así le indicaron al fiscal William Aguilar, quien realizó ayer el levantamiento del cadáver.

La mujer, de unos 30 años, no tenía identificación. Es una trigueña y de contextura delgada, tiene un tatuaje de una flor en la pierna derecha. Los paramédicos solo habrían indicado que la encontraron en av. Del Ejército y Maldonado, en el sur.