Las autoridades del municipio colombiano de Carmen de Bolívar (norte) pidieron este miércoles ayuda al gobierno nacional para afrontar una emergencia que ya comienza a llamar la atención del país por el alto número de niñas enfermas, cuyos padres atribuyen la situación a una vacunas que les aplicaron.

Según reportes de prensa procedentes de esa zona del caribeño departamento de Bolívar, unas 260 niñas de entre nueve y 12 años han acudido a hospitales por desmayos, náuseas y en algunos casos convulsiones desde que les inocularon una vacuna contra el virus del papiloma humano.

"La situación es grave porque ha colapsado el sistema de urgencias médicas", dijo el alcalde de Carmen de Bolívar, Francisco Vega, en las afueras de un hospital donde numerosos padres se congregaban para pedir ayuda.

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Enfermas en el colegio

El caso empezó a llamar la atención la semana pasada, cuando se supo de algunas niñas que empezaron a enfermarse tras recibir la dosis en sus colegios, en el marco de un programa gubernamental de inmunización infantil.

Los padres de todas las menores aseguran que los síntomas empezaron después de la aplicación de la vacuna, pero el gobierno ha afirmado que el medicamento que llega al país cuenta con todos los protocolos aprobados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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Unas 90 de las 260 niñas enfermas en Carmen de Bolívar ya han sido dadas de alta, en tanto que nueve que presentaban los síntomas más agudos fueron trasladadas a un hospital de Bogotá.

Metales pesados 

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El toxicólogo Camilo Uribe, que las ha atendido en el Hospital San José Infantil, dijo que los primeros análisis indican que las niñas tendrían presencia de metales pesados, específicamente de plomo, pero desestimó que eso se deba a la vacuna.

"Ninguna vacuna en el mundo tiene plomo. No hay nada que demuestre un nexo de causalidad con la vacuna", dijo el médico, tras agregar que el caso ya está presentando síntomas de "pánico colectivo" que sí puede derivar en enfermedades graves, porque muchos padres de otros lugares de Colombia se han negado estos días a que sus hijas reciban la vacuna.

"Hay que controlar el pánico colectivo y no poner en riesgo todo el proceso de inmunización en el cual Colombia es líder en América Latina", dijo Uribe.

Por su parte, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, dijo que los toxicólogos están investigando los síntomas de las niñas y no descartó que el problema aumente por la atención que le está prestando la prensa.

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"Es un caso complejo donde también claramente hay un tema de sugestión, donde mientras más se reporte o entre más se trate de centrar la atención mediática en las niñas, podemos seguir ampliando el problema", dijo el ministro.

"Los estudios científicos (sobre esta vacuna) existen hace tiempo en la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud. Los estudios científicos sobre la seguridad de la vacuna son definitivos. Esta es una vacuna segura y así lo confirma una evidencia que es insoslayable. Se han aplicado 170 millones de dosis en el mundo y no ha ocurrido nada", agregó.

Gaviria pidió a los padres que no dejen de vacunar a sus hijas y recordó que cada año en Colombia se presentan 6.600 nuevos casos de cáncer de cuello uterino, que producen la muerte de hasta 4.000 mujeres.