El Gobierno ecuatoriano desestimó el lunes pasado las recientes recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para reducir el déficit público.

Para el Gobierno, “lo que diga, haga o deje de decir el Fondo Monetario nos tiene sin cuidado”, dijo el ministro de Finanzas, Fausto Herrera, al portal Ecuadorinmediato.

El organismo internacional alertó el miércoles pasado a Ecuador sobre el aumento del déficit público, debido a las millonarias inversiones en infraestructura que realiza el gobierno de Rafael Correa desde su llegada al poder en el 2007.

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Ecuador creció un 4,5% en el 2013, pero tiene este año un déficit fiscal de casi 5.000 millones de dólares (4% del PIB), según el FMI. En ese sentido, la entidad llamó al país andino a “restringir el gasto público”, pidió “moderación en el gasto corriente” y le sugirió revisar los subsidios a los combustibles que reciben los ecuatorianos desde hace varias décadas.

No obstante, el ministro afirmó que esas recomendaciones son características de la “política ortodoxa” del FMI.

Destacó que el país está al “día en todas sus cuentas” y obteniendo financiamiento para enfrentar el déficit público, señaló el portal.

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“Los comentarios positivos, negativos o recomendaciones que tenga el Fondo Monetario no variarán la conducta y la política económica del Gobierno ecuatoriano”, dijo Herrera.

Insistió en que el Gobierno persistirá en su objetivo de cambiar gradualmente su “matriz energética”, dependiente del petróleo, por una de origen hidroeléctrica, anotó el portal.

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“Nosotros no hacemos los paquetazos que recomendaba el Fondo”, enfatizó el ministro.

Evaluación
desde Washington

Reanudación de contactos
El Fondo Monetario Internacional (FMI) evaluó la economía ecuatoriana tras reanudar en mayo pasado los contactos con el gobierno de Rafael Correa, suspendidos desde el 2008. La evaluación se hizo desde Washington y excluyó el envío de una misión a Quito.

Lo que se resaltó
El FMI elogió la estabilidad macroeconómica que alcanzó Ecuador en su última década, y los esfuerzos del gobierno para reducir la pobreza y mejorar los indicadores sociales de la población mediante un ingente gasto público.

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