Veinticinco empresas dedicadas a la comercialización de productos pesqueros, acuícolas y elaborados, como aceite y harina de pescado, estarían entre las interesadas en ingresar al mercado ruso, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).

Estas se sumarían a las 36 empresas de este tipo que desde el 2009 tienen contacto con ese mercado. En un comunicado, el Magap y el Instituto Nacional de Pesca, entidad adscrita al Ministerio, señalan que ya informaron a sus homólogos rusos la intención de las empresas de exportar.

Cifras del Banco Central del Ecuador (BCE), hasta junio de este año, señalan que Rusia compró $ 9,39 millones en camarón, otros $ 2,60 millones en merluza, casi medio millón de dólares en atún, entre otros productos del mar, como caballas, bagres o pez gato.

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José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, dijo ayer que Rusia significa el 1% de las exportaciones de camarón de Ecuador y menciona que este año, frente el año anterior, la demanda subió alrededor del 20%.

Otro sector que ya ha encontrado espacio en el mercado es el de la merluza. Leopoldo Muñoz, gerente de Cepromar, empresa dedicada a la venta de esta especie, dijo que su compañía está calificada para exportar desde hace tres años. Explica que el Instituto Nacional de Pesca hace monitoreos y luego elabora un informe que se entrega al centro veterinario ruso para que dé una autorización.

Añadió que es un destino en expansión, ya que Rusia cerró su mercado para EE.UU. y la Unión Europea.

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Por su parte, Rafael Trujillo, presidente ejecutivo de la Cámara de Pesquería, explicó que exportar productos a Rusia es complicado, pues tiene altas normas sanitarias y es muy selectivo. Agregó que para ese gremio el atún es lo que más potencial tiene.

El Ministerio ha indicado que el 19 y 20 de este mes, el Instituto Nacional de Pesca expuso al sector exportador claves sobre la normativa rusa y en esos encuentros las empresas interesadas firmaron un acta en la que se comprometían a cumplir con los requisitos.

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Las compañías deben contar con un laboratorio de microbiología para hacer sus análisis y realizar control de arsénico a todos los productos. Además hay que someterlos a los exámenes en Rusia, como el que detecta cesio y estroncio radioactivo.