Como un defensor de las libertades propias de un estado de derecho, así se define el español Víctor Ochoa Sierra, artista que esculpió el busto del expresidente León Febres-Cordero.

El pasado fin de semana la efigie, del también exalcalde de Guayaquil, fue colocada sobre una base de hormigón, en el centro de una laguna artificial que ahora permanece vacía, a la altura de Sucre y Malecón.

El escultor de 60 años considera que la política debe ser “la herramienta para buscar el buen vivir de las personas”.

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En este marco, refiere que no tolera la opresión ni las imposiciones de quienes buscan llegar al poder con esos fines.

En esta semana el debate ideológico y político por la escultura de Febres-Cordero se reactivó públicamente.

Hay voces en contra y otras que defienden la iniciativa del Municipio de instalar un monumento a quien, dice, es el gestor del desarrollo que ha tenido el puerto principal.

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Ochoa cuenta cómo fue el proceso de elaboración del busto que permaneció desde el 2012 en la Aduana y que un comité se encargó de los trámites para la desaduanización.

“Pasé de figuras de cuerpo entero a esta cabeza llena de gestos contradictorios. Afable con quien fue tierno, terrible hacia sus adversarios”, cita el artista.

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Como todas sus esculturas, esta la inició en barro y sin herramientas. Los primeros bocetos, agrega, tenían apenas unos centímetros y la obra final quedó con cinco metros de alto.

Para tener una idea de cómo está hecha la efigie, el artista comenta: “Es una cáscara de bronce sobre una estructura de acero interior que la sujeta a modo de paraguas”.

El escultor añade que luego de soldar todos los trozos que dan forma a la imagen la recubrió con unos componentes químicos que oxidan el metal y le dieron color. La efigie, cuya confección tardó dos años, viajó en un contenedor de Madrid a Valencia y de allí fue trasladada a Guayaquil.

Durante 30 años Ochoa ha elaborado esculturas de reyes, artistas, revolucionarios, próceres, entre otros personajes.

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5
metros

de alto tiene el busto del expresidente. Su confección tomó dos años.