Un juez federal de Estados Unidos exhortó ayer a Argentina a reanudar “lo antes posible” las negociaciones para resolver su crisis de deuda y dejar de proferir públicamente lo que calificó de “verdades a medias” sobre el tema.

La reprimenda del juez de distrito Thomas Griesa ocurrió durante una audiencia en Manhattan a la que asistieron abogados del país sudamericano y tenedores de bonos argentinos en Estados Unidos.

Griesa advirtió que Argentina tiene todavía la obligación de pagar a sus acreedores estadounidenses, tal como el propio magistrado ordenó en un fallo del 2012, que fue avalado en junio por la Corte Suprema de Justicia de EE.UU. La deuda asciende a $ 1.500 millones.

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El magistrado señaló que todas las declaraciones de los funcionarios argentinos han dejado a un lado esa obligación.

“Las verdades a medias son engañosas”, dijo Griesa. “Las verdades a medias no cumplen con la ley, que requiere la revelación de los hechos”, agregó.

Argentina cayó en un limbo económico después de que el miércoles fracasaran las conversaciones con los bonistas litigantes favorecidos por el fallo de Griesa. El país se vio obligado a caer en cesación de pagos, lo que podría profundizar su incipiente recesión si no se resuelve pronto la disputa con los acreedores en Estados Unidos.

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El tribunal de Manhattan bloqueó los intentos de Argentina de pagar intereses a tenedores de bonos que aceptaron dos canjes de deuda en el 2005 y en el 2010, los cuales incluyeron grandes quitas de capital, hasta que lleguen a un acuerdo con los fondos de cobertura estadounidenses.

El abogado Jonathan Blackman dijo a Griesa que Argentina tiene la intención “de buena fe de continuar este diálogo”, pero que su gobierno había perdido la fe en el mediador designado por la corte, Daniel Pollack, después de que emitiera un comunicado diciendo que Argentina “caería de forma inminente en mora”. El juez negó el pedido de cambio.

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Los 132 países que integran el G77 y el FMI han alertado sobre las consecuencias globales de no reestructurar la deuda. Más de 100 economistas de EE.UU., entre ellos el premio nobel Robert Solow, le pidieron al Congreso que intervenga para evitar un daño innecesario “al sistema financiero internacional, los intereses económicos de EE.UU., y de Argentina”.

El default tuvo un impacto en las bolsas que cerraron a la baja en EE.UU. (caída del Dow Jones de 1,5%) y en Europa (en Alemania del 1,9%; Francia, 1,5% y Reino Unido, 0,6%).