Expertos internacionales lograron acceder el jueves al lugar del este de Ucrania donde fue derribado el 17 de julio el avión de Malaysia Airlines, tras decretar el ejército de Kiev una tregua de un día en su conflicto con los separatistas prorrusos.

Por otra parte, el parlamento ucraniano rechazó la dimisión del primer ministro Arseni Yatseniuk, adoptó una serie de leyes impopulares reclamadas por el jefe de gobierno y autorizó el envío de hasta 950 policías y militares holandeses y australianos al lugar en que se estrelló el avión.

Sobre un total de los 298 muertos el 17 de julio, 193 eran holandeses y 27 australianos.

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Los inspectores que lograron por primera vez acceder al lugar en que cayó el avión el jueves "regresaron (...) a un lugar seguro" tras su misión, que "fue un éxito", indicó la presidencia ucraniana.

Pese a la tregua, cuando los inspectores llegaron el jueves al lugar donde cayó el avión, la AFP constató fuertes explosiones en la zona.

Una columna de humo podía contemplarse a menos de diez kilómetros del sitio donde fue derribado el aparato.

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El ejército ucraniano había anunciado previamente, también este jueves, la suspensión por un día de su ofensiva en el este del país a pedido del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que los expertos internacionales pudieran acceder al lugar donde cayó el avión. No obstante, advirtió que los militares "podrían disparar para defenderse".

Los inspectores intentaban desde el domingo llegar al lugar donde todavía hay restos humanos y del avión, pero sin éxito,debido a los combates que enfrentan al ejército y a los insurgentes.

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Tras la caída del avión, Estados Unidos y la UE anunciaron una serie de sanciones contra Rusia, a la que consideran responsable de la crisis en Ucrania, apuntando a los sectores rusos de las finanzas, la energía y el armamento.

Por su parte, el parlamento ucraniano se reunió el jueves a puerta cerrada para ampliar la misión de los policías holandeses y australianos en el lugar de la catástrofe. Así, autorizó el envío de hasta 950 policías y militares holandeses y australianos, los cuales podrían empezar a desplegarse el viernes.

El parlamento también rechazó el jueves la dimisión del primer ministro.

Yatseniuk, en el cargo desde febrero, anunció su dimisión el 24 de julio, tras la disolución en el parlamento de la coalición gubernamental, que preparó el camino hacia unas elecciones legislativas anticipadas.

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Los diputados rechazaron entonces leyes impopulares destinadas a restablecer las finanzas del país y Yatseniuk, un economista apreciado por los países occidentales, presentó su renuncia. Posteriormente, se echó atrás y aceptó continuar al frente del gobierno ucraniano, si el parlamento aprobaba las leyes presupuestarias y fiscales, lo que tuvo lugar el jueves.

Estas leyes prevén medidas de ahorro presupuestario y una mayor financiación para las fuerzas armadas inmersas en enfrentamientos en el este de Ucrania.

Así, una de ellas prevé un nuevo impuesto a la renta para financiar la ofensiva militar.

"Hoy hay dos noticias importantes para la economía mundial. La primera es que se declaró en default a Argentina y la segunda es que Ucrania no está en default ni lo estará nunca", declaró Yatseniuk.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, abogó este jueves por la continuidad de Yatseniuk, si bien confirmó ante los diputados que las legislativas anticipadas eran "ya una realidad".

Poroshenko también afirmó que "las fuerzas armadas llevaban a cabo con éxito la ofensiva" en el este del país y el jefe del Estado Mayor, Viktor Mujenko, declaró que Ucrania espera terminar antes de un mes "la fase activa" de su operación militar contra los separatistas prorrusos.