Pocos días después de anunciarse el primer caso de ébola en Nigeria, la autoridad aeronáutica de ese país prohibió con efecto inmediato el ingreso a su territorio de aviones de la aerolínea Asky Airline, en la que había volado el liberiano que murió por esa enfermedad en Lagos.

Patrick Sawyer, un asesor del Ministerio de Finanzas de Liberia, murió el viernes en un hospital del Lagos, cinco días después de ingresar a Nigeria en un vuelo de Asky Airline desde la capital de Liberia, Monrovia, vía Lome, en Togo.

Además, Nigeria puso bajo estricta vigilancia a 59 personas que estuvieron en contacto con Sawyer.

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"Las vidas de millones de nigerianos son demasiado preciosas como para ponerlas en juego por la negligencia de una compañía aérea", señala un comunicado.

Asky Airline podrá aterrizar nuevamente en el país si los responsables pueden demostrar que todos los pasajeros fueron revisados por ébola. La empresa aérea vuela desde 2010 a numerosas ciudades en África occidental y central y tiene su sede en Lomé.

Entretanto, se ha instado a otras compañías aéreas a adoptar todas las medidas preventivas necesarias para garantizar que ningún pasajero ingrese con el virus a Nigeria.

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Propagación

Desde mediados de marzo Guinea, Liberia y Sierra Leona registran la peor epidemia de ébola de su historia. Hasta el 20 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que hubo 1.093 casos confirmados, probables o sospechosos. De ellos, murieron 660 afectados.

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El lunes, Liberia ya había cerrado todas sus fronteras en un intento por frenar la propagación del ébola, luego de que un tercer médico que trabajaba en la atención de pacientes con esta enfermedad contrajera el mortal virus.

Sólo quedan cinco puntos de entrada al país, indicó la presidenta Ellen Johnson Sirleaf. En ellos se instalarán centros de prevención y análisis para todos los pasajeros que salgan y entren al país, indicó la mandataria, quien calificó el brote de ébola de "emergencia nacional".

El ébola causa hemorragias internas y externas, así como fiebre, vómitos y diarrea, entre otros. La mortalidad es de hasta un 90% de las personas infectadas. El virus es transmitido por contacto directo con sangre y secreciones de animales o pacientes, estén vivos o fallecidos. Hasta la fecha no hay vacuna alguna ni tratamiento.