Argentina anunció que desembolsó este lunes 642 millones de dólares como primer pago del plan para cancelar su deuda con el Club de París apenas dos días antes de que el país sudamericano pueda caer en una nueva cesación de pagos en poco más de una década si no llega a un acuerdo en la disputa judicial que mantiene en Estados Unidos con bonistas litigantes que le reclaman 1.500 millones de dólares.

El ministerio de Economía dijo en un comunicado que el desembolso corresponde al acuerdo que llegó a fines de mayo con los países acreedores del Club de París para saldar una deuda de 9.700 millones de dólares.

"De esta manera, Argentina continúa el camino de regularización de los pasivos internacionales producidos por el default del año 2001", dijo Economía.

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El pago se produjo dos días antes de una reunión clave que mantendrán en Nueva York enviados del gobierno argentino con el mediador en el conflicto con los llamados "fondos buitres" que le ganaron al país sudamericano una demanda en tribunales estadounidenses por los títulos impagos desde 2001.

El gobierno de Cristina Fernández asegura que le es imposible cumplir con el pago a los litigantes debido a que estaría incurriendo en una violación de las obligaciones legales con los tenedores que aceptaron los canjes de deuda de 2005 y 2010 y que le impiden ofrecer de manera voluntaria mejores condiciones de pago que las que ofreció a los bonistas con títulos reestructurados. De gatillarse esa cláusula, que vence el 31 de diciembre, el país se enfrentaría a demandas por 120.000 millones de dólares.

'Fondos buitre'

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Argentina debe cancelar obligaciones por 539 millones de dólares con los bonistas reestructurados antes del 31 de julio, pero el juez de Nueva York Thomas Griesa congeló esos fondos girados por el gobierno hace más de un mes para forzarlo a saldar los 1.500 millones de dólares a los inversores litigantes.

Si el juez no suspende el fallo o da alguna señal positiva autorizando que se haga efectivo el pago de los bonos reestructurados sin que cobren los litigantes, Argentina se encaminaría al default porque las negociaciones no tienen visos de avanzar, señalan algunos analistas.

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Argentina "parece haber llegado a la conclusión de que entrar en cese de pagos hoy y renegociar más adelante sería la opción menos costosa", dijo Carlos Caicedo, de la consultora IHS Country Risk, quien sin embargo advirtió que el default retrasaría el acceso del país a los mercados financieros -a los que se acercó últimamente después de saldar deudas con organismos de crédito internacional- y provocaría una devaluación y un consiguiente incremento de la inflación.

Sería la segunda vez en los últimos trece años que Argentina declara un cese de pagos, después del de diciembre de 2001, cuando la economía colapsó. Economistas han señalado que en esta ocasión los efectos serían menos graves ya que el país, aunque entró en recesión, no sufre la grave caída de la economía de entonces.

Indicaron que el sistema financiero no tiene hoy la exposición crediticia al sector público que tenía en 2001 y que el gobierno se ha acostumbrado a financiarse con reservas y emisión del Banco Central.